La consejera de Finanzas y Hacienda de la Generalitat de Cataluña, Natàlia Mas, no acudirá el lunes a la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera para conciliar la porción de reducción del pasivo que deberá encargarse cada nivel de la agencia pública, con el debate en torno a la condonación de la deuda en el tejadillo y la posible reforma del sistema de financiación autonómica a medio plazo. Así, el Govern de ERC, socio preferente del PSOE, vuelve a dar plantón a un maniquí multilateral de cooperación.
En una nota, enviada este sábado, la Consejería de Finanzas y Hacienda ha informado de que Mas no acudirá a la reunión, a celebrarse en Madrid el lunes, porque, en su opinión, el Consejo «no es un víscera de debate», solamente «una reunión donde se transmite información, pero no se debate ni se negocia cero, ya que el Estado disfruta siempre de la mayoría absoluta de los votos» en este organismo, que se creó en 1980 en el entorno del nuevo sistema autonómico de financiación.
Sin bloqueo, parece tener más peso la segunda de las razones por las que Mas dará plantón al resto de consejeros homólogos y a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, según ha señalado la Consejería. El motivo es que «la Generalitat y el Estado tienen abierta una negociación para una financiación singular de Cataluña», un acuerdo que se empezará a tratar durante el primer trimestre de 2024. Y cuyo objetivo impresionado por ERC y Junts es que la Generalitat obtenga un maniquí como el concierto financiero del que ya gozan el País Vasco y Navarra.
A pesar del plantón institucional de Mas, esta sí enviará a la reunión del lunes del Consejo a dos subordinados: Josep Maria Vilarrúbia, secretario militar de Finanzas, y Esther Pallarols, directora militar de Presupuestos. De esta guisa, el Govern de Pere Aragonès sigue la recta de los últimos presidentes autonómicos (que empezó Artur Mas, y siguieron Quim Torra y Carles Puigdemont), que despreciaron las reuniones multilaterales para negociar ‘de tú a tú’ con el Gobierno.