Aitor Rubial hizo rectitud a los méritos del Betis y firmó un golazo tras un zapatazo descomunal en presencia de el que falta pudo hacer Lunin. Falta que reprochar al cancerbero ucraniano, quien incluso salvó un punto con una mano final en el 96. Isco, un dolor de muelas para su exequipo, tuvo la vencimiento en la persona pero el palo se la negó en la recta final.
El Vivo Madrid dormirá hoy con 39 puntos, uno más que el Girona de Míchel y que el domingo tendrá la ocasión de ser líder en solitario de la competición tras 16 jornadas disputadas. El conjunto blanco dominó en la primera parte, pero Rui Silva evitó el gol blanco ayer del alivio. Luka Modric carburó como hacía mucho no lo hacía y, al ritmo del croata, el equipo blanco se pudo ir a los vestuarios en delantera. El Betis incluso tuvo ocasiones para brindar el grabador, pero Lunin lo evitó.
En la segunda parte, tras un arreón original verdiblanco, ocurrió lo de casi siempre. Jude Bellingham lanzó un desmarque al espació y Brahim le metió un balóm importante. El inglés controló con el pecho, la bajó con mucha clase y definió con una nacionalidad que asusta en presencia de Rui Silva. Está más que confirmado que el Vivo Madrid ha fichado un participante de época.
Pero el gol del inglés, de forma extraña, le sentó peor al Madrid que al Betis. Los de Pellegrini se fueron a despabilarse el campo de acción de Lunin y Aitor Rubial encontró el premio con un zapatazo descomunal que se coló por la escuadra del meta ucraniano. El Villamarín entró en combustión y el partido enloqueció en una recta final en la que inexplicablemente no hubo goles.
La ocasión más clara la tuvo Isco, cuyo remate de persona repelió el poste. Acto seguido Joselu tuvo el igualada con un remate que se fue rozando el poste izquierdo de Ruis Silva. En el descuento, en la última putada en el 96, apareció Lunin para desmentir el gol al Betis. Ahí acabó un auténtico partidazo, una batalla con reparto de puntos y que podría convertir al Girona en líder en solitario de LaLiga.