Y eso que el choque empezó con la ocasión más clara de todo el partido. Fue a los dos minutos, cuando el defensa Miguel Prado se hizo un barullo en la salida de una pelota de su equipo y se la dejó al punta y mayor goleador de la categoría, Rufo. Cuando todos esperaban ver el primer gol del partido y del punta madrileño, apareció Raúl Marqueta para primero aguantarle y más tarde repeler el disparo del vaivén rojo.
Fue un espejismo, porque aunque pueda parecer extraño en la primera parte no volvió tener una ocasión de gol. Cero patatero. A los ourensanos les costaba venir, mientras que los del Lérez tenían más pelota, pero sin peligro alguno. Así se fueron al aureola los primeros 45 minutos.
Segunda parte
La decorado cambió un poco en la segunda parte, pero la cosa siquiera fue para tirar cohetes. El Pontevedra comenzó avisando con un disparo de Toño Pelado desde la delantero que el cancerbero ourensano Raúl Marqueta detuvo en dos tiempos. La réplica lugar fue en el 54. Desliz vecino que ejecuta Fernando Andrada y que remata de capital Amin, pero el meta visitante Edu Sousa detuvo sin problemas.
Sirva como apunte de la capacidad ataque ofrecida ayer sobre el sintetico de Oira que el primer corner, y casi único, se botó en el minuto 57. Fue a valenza del Pontevedra y como no podía ser de otra forma se sacó sin consecuencias.
El primero en mover ficha para intentar cambiar poco fue el técnico visitante Iago Iglesias, que puso primero sobre el campo a Chiqui, un extremo desequilibrante y de los mejores de la categoría. Más tarde al goleador Charly y al mediocampista Borja Domínguez. Tres peloteros que serían titulares en cualquier equipo. Eso es tener fondo de armario. El Pontevedra apretó un poco más frente a un Ourense CF que a medida que pasaba el tiempo mejor le sabía el igualada.
Samu Mayo probó desde más de 30 metros, pero se le marchó fuera el disparo. Y en el 69, la única jugarreta reseñable. Chiqui entró por su bandada, regateo un par de jugadores azules y sacó un disparo que con apuros consiguió desviar Marqueta. Los locales iban perdiendo fuelle y todo el peligro llegaba en centros o jugadas de táctica. Y en el 77, la última destacable. Desliz vecino de los granates que costal la defensa azulona. El rechace le cae al rojo Mario Gómez, que probó fortuna desde fuera del ámbito, pero se le marchó fuera por poco.
Al final, 0-0 y los dos que se fueron contentos en un choque en el que los aficionados esperaban poco más, pero no lo vieron porque lo que primaba era no perder.
Rubén Domínguez
El técnico ourensano afirmaba al final del partido que “fue un choque de play off. Muy cerrado, de pocas oportunidades, con muy poco serie por ambas partes y lo que sí que tenemos es meditar y no hacer los regalos que hicimos al manifestación de las dos partes y que nos pudieron poner por detrás en el tanteador”. Y siguió: “creo que los dos equipos estuvimos incómodos y nos hicimos daño”.
Reconocía encima que “tenemos que darle mucha importancia a este punto. Veníamos de perder, volvimos a sumar y dejamos puerta a cero frente a el mejor ataque de la categoría. Un punto más y a seguir e intentar cerrar el año con un resultado positivo en Oviedo”.