Siempre me impresionó la observación de Picasso: dos puntos infausto azabache taladran la ingenuidad para desmembrarla en la conceptualización. Se acaba el Año Picasso por el cincuentenario de su asesinato y un manual, ‘Picasso Barcelona’, abrocha el sesenta aniversario de la fundación del museo que dirige, con imaginación y rigor, Emmanuel Guigon. La presentación por el corregidor Jaume Collboni de esta cartografía de las etapas vitales y estéticas picassianas motiva una conversación entre Víctor Amela y la autora, Claustre Rafart Planas.
Pablo Ruiz Picasso nació en Málaga, pero fue en Barcelona donde «fue» Pablo Picasso. En la capital moderna y complicada por el enfrentamiento social el bisoño Pablo será dibujante, cincelador, pintor, imaginero y escritor.
Una cartografía con 134 ubicaciones que Rafart ordena en seis capítulos: el descubrimiento de la ciudad (1895-1897); la ciudad dejadez (1897-1900); mirando a París (1900-1904); estancias barcelonesas (1904-1934); la ciudad añorada (1934-1973); homenajes de Barcelona a Picasso: «Muchas de estas entradas se conectan y el conjunto de las localizaciones conforma esa cartografía de la relación de Picasso con Barcelona», advierte la historiadora.
‘Barcelona Picasso’ es una gema; por su cuidada estampación como por la documentación histórica, gráfica y, sobre todo, por el rescate de la vida cotidiana, lo que la autora denomina «microhistorias» ligadas a espacios que van más allá de los talleres del intérprete, la Llotja, las revistas ‘Joventut’ o ‘Els Quatre Gats’, las galerías (Gaspar, Parés, Laietanes, Dalmau, Pinacoteca), las plazas de toros (Picasso conoció el Torín, las Arenas y la Monumental), lugares de diversión como El Guayaba, el Eden Concert o el lupanar de la calle Avinyó.
Por ejemplo, la Prótesis Clausolles de Ferran, 8: inspiradora de un estudio de individuo datado entre 1895 y 1897: aquellos aparatos de prótesis componían un naturaleza muerta surrealista ayer del surrealismo observaron sus galeristas, Joan y Miquel Gaspar. Las Atarazanas, que en 1899 Picasso dibujó en ‘Puerto con Montjuïc al fondo’. Estaciones de tren. La Barcelona Término -hoy periodo de Francia- de la que el intérprete partió a París en 1900 con su amigo Carles Casagemas: «Fue el primero de tres viajes de ida y reverso. El cuarto, en abril de 1904, sería el definitivo, a partir de entonces se quedó a estar en el país vecino», apunta Rafart. De aquel delirio quedaron cuatro viñetas a modo de ‘auca’: «En un furgón de tercera marchan cerca de la frontera… A las ‘nou del dematí’ llegan por fin a París», escribe Picasso al pie de los dibujos. La Fase del Ártico es el segundo punto ferroviario. En 1906 el intérprete tomó el tren a Manresa, primera escalera de su delirio a Gósol con Fernande.
Hoteles como el Ritz, el Ranzini, el Cuatro Naciones o el Oriente. En el Cuatro Naciones de Rambla, 40 se alojaron Serguéi Diàguilev y su primer bailarín Léonide Massine cuando los Ballets Rusos actuaron en el Casino. En 1917 Picasso retrató a Massine como el célebre Payaso. Aquel mismo año, desde el hotel Ranzini (paseo Colón, 44) donde vivía su pasión con Olga Khokhlova, pintó la estatua de Colón y la bandera rojigualda que colgaba del terraza.
El Ojén del Mico tenía sus oficinas barcelonesas en Banys Nous, 15: Picasso reprodujo la célebre botella en Horta de Sant Joan, verano de 1909 y la volvió a entretener, cual payaso, en un naturaleza muerta cubista de 1915. El malagueño conoció el antiguo hospital de la Santa Cruz por su amigo Jacint Reventós que estudiaba Medicina. Cinto le facilitó el entrada a la morgue, conocida popularmente como «el Corralet», donde se hacían las prácticas de individuo. De los cadáveres surgió el óleo de la etapa azur ‘La mujer muerta’ de 1903.
«Allí empezó todo» repetía el intérprete cuando hablaba de Barcelona. En el cementerio de Poblenou reposan su padre, José Ruiz (1913), su mama, María Picasso (1938), y su hermana Lola (1958). Si no hubiera sido por el autoexilio político, confesaba, «me cortaría el benefactor por retornar a Barcelona».
En 1968, cinco primaveras ayer de su asesinato, Picasso volvió a rememorar la Rambla desde Francia: ‘Retorno a los orígenes: Picasso turista en la fuente de Canaletas’. Con ‘Picasso Barcelona’ contemplo mi ciudad con fanales nuevos.