Tras el período más devastador del siglo XX y luego de una incomprensible II Desavenencia Mundial, surgió en la humanidad la esperanza de no repetición de la barbarie. De ahí el principio en 1948 de un documento histórico que ha servido de tutor para los estados: la Carta de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
75 abriles luego recordamos que su visión y principios siguen siendo tan relevantes y necesarios como lo fueron en su creación. Nos encontramos en un momento crucial para reflexionar sobre el estado presente de los derechos humanos en el mundo y analizar los logros alcanzados y los desafíos que aún persisten.
Como avance podemos afirmar que la Carta sentó las bases para la construcción de sociedades más justas y equitativas. A pesar de que, a los luceros de la ciudadanía, resulte difícil entender que la Información Universal de los Derechos Humanos no tenga carácter vinculante, es cierto que ha inspirado pactos y tratados internacionales que sí obligan a los estados parte en los mismos, como es el caso de España.
A su vez, no es menos cierto que ha sido un faro de esperanza y un recordatorio constante de la importancia de proteger la dignidad y los derechos fundamentales de todos los seres humanos. Y conviene rememorar todavía que el valencia declarativo de la mencionada Información descansa sobre la equidad como medio para combatir la desigualdad económica y social.
Aún son muchas las amenazas. La discriminación, la violencia, la pobreza y la desliz de golpe a servicios básicos son realidades persistentes que afectan a millones de personas en todo el mundo. Adicionalmente, contingencias como el cambio climático y conflictos armados plantean desafíos adicionales para la protección y promoción de los derechos humanos.
Delante no pocos desafíos, se nos presenta un nuevo batalla que no entiende de fronteras: el impacto de la inteligencia industrial en los derechos humanos. Tal como apuntó el Detención Comisionado de la ONU para los DDHH, la inteligencia industrial debe ser diseñada y utilizada de forma que respete los derechos fundamentales, como la privacidad, la desenvolvimiento de expresión y la no discriminación. Todavía significa que gobiernos y empresas de todo el mundo son responsables de respaldar que la inteligencia industrial -o automatización de procesos como prefiero llamarla-, no se utilice para trasgredir los derechos humanos.
Sirva esta conmemoración para apelar al crecimiento de una inteligencia industrial ética y respetuosa con los derechos humanos.
Es fundamental que gobiernos, organizaciones internacionales y la sociedad en su conjunto redoblen sus esfuerzos para respaldar el pleno respeto y cumplimiento de los derechos humanos. Esto implica adoptar medidas concretas y efectivas para precaver atropellos de los derechos de las personas, así como promover el golpe a la equidad como utensilio de defensa.
En este momento de evaluación, es importante rememorar que los derechos humanos no son un privilegio, sino un derecho propio de toda persona.
Seguiremos confiando en la Información Universal de los Derechos Humanos como utensilio de obligado cumplimiento para la convivencia y como utensilio de golpe a la equidad. Porque sin golpe a la equidad no puede deber ni desenvolvimiento, ni paz, ni prosperidad.
Jesús M. Sánchez García es decano del Ilustre Colegio de la Jurisprudencia de Barcelona