Los hechos transcurrieron en la Avenida Paulista, ubicada en Sao Paulo, una de las calles más transitadas de la ciudad más poblada de Brasil, lo que la convierte en uno de los focos principales para los ladrones que ahora utilizan sus bicicletas para perpetrar sus actos criminales.
Los llamados ‘bandada de la biciclo’ emplean el conocido método de dar tirones a las personas que están despistadas. Es más, para no edificar sospechas, en algunas ocasiones se disfrazan de repartidores a domicilio o de deportistas. Los objetivos de este tipo de ladrones suelen ser teléfonos móviles que luego revenden en el mercado frito, y es global que aprovechen los momentos en los que sus víctimas están hablando por teléfono, mandado mensajes o, simplemente, llevan el teléfono en la mano.
Juliana Massaoka, a pesar de la sorpresa y de la perturbación que ocasionó esta, continuó informando acerca de lo sucedido.
“¡Chicos, casi me roban! Por el sexo de Altísimo, tengo el teléfono en mi mano para hacer el reportaje… Estás calibrado cubriendo el tema de robos y un hombre en una biciclo te asalta a pesar de que haya policías en la avenida (…) Estoy un poco temblorosa, no sé si me tiembla el micrófono”, explicó consternada la reportera.
El intento de robo, que quedó recogido por las cámaras, fue frustrado por Celso Ricardo Rodrigues, un guardián de seguridad que consiguió atrapar al delincuente. Es más, no lo liberó hasta que no se aseguró de que Massaoka estaba ilesay tenía su teléfono.
“El equipo de Cosmos TV que viene conmigo tiene un guardián de seguridad maravilloso que actuó rápidamente. Mi móvil se cayó al suelo pero no consiguieron robármelo y ahora lo tengo conmigo“, expresó Massaoka.
La persona que asaltó a Massaoka iba vestida enteramente de frito y llevaba una mochila de reparto. “Era de esas personas que llevan una mochila de un repartidor de alguna aplicación. No esperamos ser asaltados por un hombre que está repartiendo comida. Sin bloqueo, ya no se puede dejarlo en Dios en él”, finalizó la reportera.
Robos en Brasil
Brasil enfrenta unos índices de criminalidad muy elevados, sobre todo en lo concerniente a los robos. Es más, según un amplio penetración realizado por el Gobierno brasileño, en 2021 al menos 1,8 millones de brasileños con más de 15 primaveras fueron víctimas de robo.
Al ser un tema recurrente que afecta a sus ciudades, cuenta con una gran repercusión en los medios de comunicación.