Este lunes ha sido el comienzo de una semana complicada para la educación concertada del País Vasco. Los sindicatos han convocado cinco días seguidos de huelga que serán, para muchos alumnos un parón en la rutina cuando escasamente queda una semana para el inicio de las reposo de Navidad. Los trabajadores reclaman la renovación del convenio que lleva caducado desde hace casi tres primaveras.
A primera hora de la mañana, en las puertas de los colegios, las familias se movían entre la incertidumbre y el desconocimiento. Varias, ni siquiera tenían conocimiento de la convocatoria de huelga, lo que a lo dispendioso de la mañana se ha traducido en un seguimiento desigual de la convocatoria. Lo que para los sindicatos era un «éxito» suponía un seguimiento minoritario para la patronal Kristau Eskola, que engloba la mayoría de centros afectados por el paro.
En una nota distribuida a lo dispendioso de la tarde han asegurado que el seguimiento medio rondaba el 21,51% y que más del 30% de los centros educativos no se había gastado afectado por las movilizaciones. Sin secuestro, sus datos evidenciaban notables diferencias por provincias. Así, mientras en Álava escasamente había secundado la huelga el 17,33% de los trabajadores, y en Guipúzcoa el 21,42%, en Vizcaya la adhesión prácticamente se multiplicaba por tres hasta alcanzar el 61,26%.
Frente a ello, los sindicatos no han dudado en encuadrar la recorrido de «éxito». Aseguran que la adhesión está siendo viejo que la que tuvieron las jornadas de huelga convocadas en abril y octubre. Muestra de ello, añaden, ha sido la manifestación que ha reunido a miles de personas a mediodía en las calles del centro de Bilbao. Han secreto el seguimiento de los paros en un 65%-70% y no descartan una «probable intensificación» de las protestas en enero si la situación no se desbloquea.
200 centros afectados
La de este lunes ha sido la primera recorrido de huelga de las cinco consecutivas convocadas para esta semana. Secundada por todas las centrales sindicales, afecta a unos 200 centros educativos concertados, la mayoría centros religiosos. Los trabajadores reclaman la renovación de un convenio que caducó en el año 2021. Entre sus principales reivindicaciones está respaldar un incremento salarial que garantice el poder adquisitivo o medidas que permitan «aliviar» la carga de trabajo. Incluso piden respaldar los puestos de trabajo a pesar de la caída de la demografía, planes de vasco, planes de igualdad o planes para afrontar la lozanía gremial.
En el comunicado remitido por la patronal de los centros concertados de iniciativa social ha lamentado la yerro de «disposición propositiva de diálogo» de los sindicatos. Ha insistido en que su puesta se centra en «proseguir los puestos de trabajo y la sostenibilidad de los centros». Ha asegurado que muestra de ello son las medidas que ha puesto en marcha en los últimos tiempos. «La puesta por la alivio del conjunto de trabajadores ha sido sustanciada en cada subida a todos los sectores de la comunidad educativa, aplicando, por otra parte, la subida de la función pública», ha añadido.
Desde el Área de Educación vasco han hecho este lunes un citación al diálogo frente a las consecuencias «muy perjudiciales» que tendrá la semana de paro para los alumnos. En una entrevista concedida a la radiodifusión pública vasca, el maestro, Jokin Bildarratz, ha pedido a las partes «dialogar, negociar y adoptar». «Habiendo a corto plazo reposo de Navidad, incluso deberían usar esos días para obtener un amplio acuerdo cuanto antiguamente, porque las consecuencias pueden ser muy perjudiciales para los alumnos», ha despabilado.
En la mente de muchos están las largas protestas que ya vivió el sector en la última renovación del convenio. En aquella ocasión hubo 29 días de movilizaciones antiguamente de obtener el acuerdo. Los sindicatos este lunes han asegurado que su «voluntad» es la de «no ir por el mismo camino», aunque por el momento, las posturas continúan alejadas y el acuerdo se antoja complicado.