El beso no consentido a Jenni Hermoso y su tocamiento de genitales trajeron consecuencias al ya expresidente de la RFEF. No obstante, hace una semana conocíamos que la convenio inglesa (FA, por sus siglas en inglés) además acusaba a Rubiales de otra conducta inapropiada con las jugadoras de la selección inglesa. Y es que la situación de Luis Rubiales podría empeorar incluso más tras las conclusiones del crónica manufacturado por FIFA.
La presidenta de la convenio inglesa, Debbie Hewitt, acusó al expresidente Rubiales de conducta “inapropiada” con las jugadoras inglesas en la ceremonia de entrega de trofeos del pasado Mundial de Australia y Nueva Zelanda.
Hewitt habló como testificador en el caso disciplinar de la FIFA contra Rubiales por su aspecto durante la final del Mundial entre España e Inglaterra en la que, encima de hacer gestos obscenos durante el partido, besó sin consentimiento en la boca a Jenni Hermoso.
‘Desagradable e innecesariamente agresivo’
En el crónica publicado por la FIFA, Hewitt, que estuvo al flanco de Rubiales en la entrega de medallas, aseguró que el tono de voz del gachupin fue “desagradable e innecesariamente agresivo” con los trabajadores de la FIFA, ayer de acusarle de conducta impropia con las jugadoras de Inglaterra.
Según Hewitt, Rubiales “acarició” la cara de Laura Coombs y “aparentemente besó de forma forzada” a Lucy Bronze en la cara. El diario irlandés ‘Hersport’ muestra ahora una imagen del momento del beso de Rubiales a la jugadora inglesa que milita en el Barcelona.
En cuanto al momento en el que las jugadoras españolas subieron a cosechar sus medallas, Hewitt apuntó que las “agarraba muy resistente”, a algunas “les acariciaba la espalda”, les “agarraba del miembro” y les “levantó del suelo”. “Esto me hizo estar muy incómoda y avergonzada”, abundó Hewitt.
Rubiales flama “hipócrita” a Hewitt
Rubiales contestó a las palabras de Hewitt asegurando que es poco “increíble” y le acusó de “tener prejuicios” contra él, encima de sostener que es una hipócrita porque ella además abrazó a las jugadoras de su equipo.
“Aplicando la misma deducción, sus abrazos además podrían entenderse como un contacto físico no consentido. La hipocresía es evidente“, acusó Rubiales durante la audiencia.
En cuanto a su aspecto en dirección a Coombs, la justificó diciendo que trató de consolarla porque había estado lesionada durante la final, había indispensable puntos en la persona y llevaba un vendaje en esa zona.
Conclusiones
“Su comportamiento es inaceptable y inexcusable y menos aún en el ecosistema contemporáneo y en el mejor momento del fútbol afeminado”, concluía el sumario sobre la aspecto del presidente de una de las federaciones más importantes del planeta fútbol y que además era vicepresidente de la UEFA.
Y el texto abundaba: “Utilizó la Asamblea de la Liga para defenderse y distorsionar la efectividad para explicar el beso, poco que nunca puede hacer un presidente. Nunca reparó en el daño decente que podía ocasionar a las jugadoras con su forma de proceder”.
Por consiguiente, la FIFA consideraba que la penalidad es obligada: “El daño causado al mundo del fútbol, pero sobre todo a la decente de las futbolistas. Arruinó la experiencia de la Copa Mundial a muchos, empezando por la jugadora y sus compañeras de equipo que acababan de convertirse en campeonas del mundo por primera vez en su historia. Por lo tanto, el Comité estaba firmemente convencido de que el demandado, con su comportamiento, desprestigió el deporte del fútbol y/o a la FIFA a nivel mundial”.