Noticiero de la Mañana ha entrevistado a la psicóloga Sofía Perpiñán que siquiera es partidaria de prohibirlos e incluso los ve “necesarios” porque “igual que los adultos utilizamos el teléfono 24 horas y lo utilizamos como una aparejo es importante enseñar a los menores a utilizar ese dispositivo como una aparejo” y subraya: “Al final ellos son los adultos del futuro y hay que enseñarles unas competencias específicas”.
Cada vez nuestro mundo está más digitalizado y Perpiñán defiende que “frenar el avance es un error”. Quizás la decisión pase por enseñar a usar esos móviles, poco que parece complicado cuando ya están entre nosotros. A esta pregunta, la psicóloga matiza: “Entiendo que da la sensación de que llegamos tarde porque las tecnologías avanzan muy rápido y nosotros nos tenemos que ir adaptando a ellas pero no creo que sea nunca tarde para poner normas o dar posibles sobre todo a los más pequeños y a los adolescentes”.
Incide Perpiñán que es fundamental la colaboración entre grupo y colegio y analiza la antigüedad de la que deje Educación para dar un móvil a un beocio, los 16 primaveras, y “la entiende”, pero “lo que pasa es que la efectividad es que muchos menores tienen paso a esos teléfonos muchísimo antaño. Entonces tendríamos que hilar un poquito más fino dependiendo del beocio concreto, de las evacuación específica en esas grupo” y asimismo añade que “los menores empiezan a salir más o menos de los 11-12 con sus amiguitos y entiendo que asimismo los padres quieran tener el móvil como un asociado, para tener un control de dónde están”.
Hace tan solo 15 días un peña de profesoras entregaba en el Congreso 63.000 firmas pidiendo una ley que prohibiese totalmente el móvil a los menores de 14 primaveras.
El referencia PISA sobre el estado de la educación en Europa decía que el móvil no es tan malo. Al respecto, José Martín, de la Asociación ‘Empatallados’ apunta que es “muy útil, pero hay que enterarse utilizarlo”. Y ahí está el problema, ¿cuántos saben usarlo correctamente?
El propio referencia PISA no cree que haya que prohibirlos, pero los dispositivos digitales no salen correctamente parados. Uno de cada tres estudiantes confiesa que se distrae del contenido de estudio cuando utiliza un dispositivo digital de lo que se deduciría que las pantallas más que ayudar despistan
Martín defiende que “la tecnología no mejoramiento en sí el formación del estudiante”. Uno de cada 4 reconoce que en las clases en las que hay dispositivos al profesor les cuesta más entablar y que los estudiantes tardan más en concentrarse.