La polica tailandesa investiga las amenazas como posible mvil del crimen de Daniel Sancho


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Los abogados españoles también intentarán demostrar que no fue un delito premeditado intentar que el juez no dictara cadena perpetua.

La policía tailandesa investiga las amenazas como posible móvil del crimen de Daniel Sancho
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Lo primero que ves al entrar al recinto donde se encuentra la comisaría Koh Phangan Es una larga fila de extranjeros esperando su turno para renovar su visa. Son muchos los turistas que se aferran a las tumbonas de la playa de esta isla tailandesa durante meses. Muchos saben cuando llegan, pero no cuando se van. Frente a la caseta de inmigración hay una enorme explanada verde con un viejo helicóptero blanco en el centro. Más adelante está el edificio principal. En su interior, un equipo de policías locuaces trabaja desde principios de mes tratando de resolver todos los misterios del crimen más atroz que se recuerda en esta joya turística anclada en el golfo de Tailandia.

“No tenemos ninguna duda de que fue un homicidio premeditado y se lo hemos hecho saber al juez. Eso lo sabemos desde el principio, desde que vimos los videos de Daniel (Sancho) comprando las herramientas para descuartizar el cuerpo y limpiar las pruebas”, admite a este diario uno de los investigadores.

Este agente es el mismo que el pasado lunes trazó los ocho lugares clave en la reconstrucción del crimen, desde la playa donde el chef español habría arrojado los restos del cirujano colombiano. Edwin Arrietaa la tienda donde compró los cuchillos y la sierra para despellejar a la víctima.

La policía de Koh Phangan tiene una forma particular de trabajar, comenzando por abrir el caso a los periodistas en medio de la investigación. Así quedó claro cuando al corresponsal de la Agencia EFE se le permitió tratar cara a cara con el detenido cuando ya se había declarado culpable. O cuando a Sancho se le permitió usar su teléfono para hablar con amigos y responder mensajes de Instagram. O cuando, como recompensa por colaborar en la reconstrucción de los hechos, lo llevaron a cenar al restaurante del mejor resort de la isla vecina, Koh Samui, antes de que el juez lo enviara a prisión preventiva.

Los investigadores filtraron desde el primer momento que Sancho y Arrieta mantuvieron una relación. En un principio, su hipótesis, que compartió con los medios tailandeses, era que podría tratarse de un ataque de celos por parte del español. Pero tras la confesión, el rumbo que tomaron sus investigaciones apuntaba a un motivo mucho más enrevesado: Sancho, según su versión, estaba siendo extorsionando y amenazando de Arrieta. El primero quería romper toda relación con el colombiano, que se oponía.

El chef sostuvo en su declaración que golpeó a Arrieta en un berrinche y se golpeó la cabeza contra un fregadero, pero la Policía cree que esa es una estrategia para evitar ser condenado por homicidio doloso -la pena es mayor-, y como prueba más clara exponen el caso. compra de los cuchillos, los productos de limpieza y las bolsas de basura un día antes de que el médico aterrizara en la isla. “Lo tenía planeado desde hace meses”, dicen.

El español, pese a negarlo en un principio, acabó reconociendo que desde hacía casi un año mantenía relaciones esporádicas con Arrieta, quien siempre habría estado pagando, según fuentes de la investigación, el elevado estilo de vida que llevaba el joven (” Me retuvo como rehén. Era una jaula de vidrio, pero era una jaula”, dijo.

Sancho también habría señalado que Arrieta lo amenazó de muerte. Así lo cuentan los investigadores a EL MUNDO. El enviado especial de El Peridico también contó este jueves que, en el móvil español, ahora en manos de la Policía, aparecen estas amenazas en un intercambio de mensajes.

Esa es la parte a la que ahora se pueden agarrar los abogados españoles -junto con que no se trató de un delito premeditado- para intentar que el juez no dicte cadena perpetua en su veredicto. Según Khun Anan, el abogado defensor tailandés, Sancho también temía por la seguridad de su familia porque el médico, según el cocinero, tenía conexiones con la mafia de su país y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa si el español se lo permitía.

La familia de Arrieta, enfadada por la vuelta que, a su juicio, se está dando al caso en muchos medios españoles, poniendo también a Sancho como víctima, lo ha negado todo.

“¿Quién nos defiende en Tailandia? información de que el colombiano habría extorsionado al español con imágenes íntimas que supuestamente tenía en su poder. “Tenía el mismo teléfono que él (duplicado) y no había fotos de esos. Daniel puede decir cosas terribles sobre mi hermano, pero Edwin no está aquí para defenderse”.

La revista Lecturas publicó una conversación que Sancho mantuvo con su círculo íntimo cuando ya estaba detenido, reiterando las amenazas (“Me estaban amenazando a mí y a mi familia”) y justificando lo que hizo porque “estaba defendiendo” su vida y “la de los gente que amo”.

Hay una avalancha de información con un evento que ha caído en pleno verano. Son muchos los detalles y mensajes que día tras día van apareciendo en los medios. Los investigadores tienen un plazo de casi tres meses para presentar el informe con todas las pruebas ante el juez.

La policía de Koh Phangan está abrumada con tanta atención. No están acostumbrados, pero no les molesta. Les llaman desde España a todas horas, y los reporteros y cámaras de televisión se presentan directamente allí. Las puertas de la comisaría de esta pequeña isla están abiertas para todos.

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