El estrés es algo bueno, pero en su justa medida



El trabajo, la clan, e incluso el refrigerio… las 24 horas de cada uno de los 365 días del año respiramos estrés. A veces en pequeñas dosis y otras en cantidades capaces de desanimar a un tyrannosaurus rex. Hace tiempo ya que nos hemos obligado a ser superhéroes y nos hemos olvidado de ser nosotros mismos.

El estrés se está convirtiendo en uno de los grandes males endémicos de la sociedad flagrante. Encargar la aprieto con la que vivimos es cada vez más complicado para cualquiera por eso vamos a adentrarnos en el ejemplar de ‘Estrés encubierto’ de Koro Cantabrana.

La coach, periodista y escritora ha hecho de su pasión su forma de vida y se ha propuesto contagiar serenidad a todo el que se acerque a ella. “El estrés es poco bueno en ingenuidad” defiende Koro para combinar amoldonado a continuación: “pero en su desafío medida”. Explica que en un momento puntual, cuando tenemos estrés nos concentramos más, nos ponemos activos, y tenemos claridad mental, tenemos energía para hacer las cosas. El problema llega cuando esa tensión se mantiene de forma prolongada en el tiempo. Es entonces cuando hay que “tomar céfiro, liberar cortisol y retornar a estar correctamente”.

Koro lamenta que el estrés “está encubiertamente en el interior de nosotros y hasta que no nos pasa recibo, hasta que no tenemos síntomas graves no nos paramos. Muchas veces tenemos irritaciones en la piel o tenemos problemas gástricos, pero lo achacamos a que es poco natural y no le damos importancia hasta que es poco trascendental”, pero entonces “suelen ser unas facturas muy altas”.

Vivimos en la inmediatez constante y quizás hemos esgrimido al mayor el eslogan del ‘carpe diem’ y ese ahora en forma de imperativo nos provoca una autoexigencia negativa. “Hay mucho perfeccionismo, queremos darlo todo y eso nos hace estar al 100% todo el día, es sostener, en un estrés continuo, en un estado de rebato. Estamos trabajando con muchísima tensión. El problema no es trabajar con muchísima tensión o estar en un momento de estado de rebato. El problema es estar continuadamente en ese estado, es sostener no apearse a momentos valle en los que podemos respirar, tomar fuerza y entonces retornar al trabajo“, explica Koro.

Nadie se libra del estrés, ni siquiera los niños. Es más ellos son quienes más preocupan. La escritora confirma que docentes ya le han manifestado que los niños de este tiempo están sufriendo un gran estrés que les afecta mucho. De ahí el llamada a concienciar de la importancia no solo de proceder con la educación emocional sino además a explicar cómo gestionamos nuestros pensamientos que son los que nos llevan a las emociones.

Cantabrana se pregunta, si “mi engendramiento, cuando éramos pequeños no teníamos estos problemas, jugábamos, éramos felices y no teníamos esa presión que por ejemplo están teniendo ahora con las redes sociales y ahora se está diciendo que nuestra engendramiento está teniendo un estrés del 65%… ¿Qué va a acontecer con esos niños que ya están teniendo esos problemas de estrés? ¿qué va a acontecer en unos abriles cuando tengan más responsabilidades? ¿Qué va a acontecer con estos jóvenes?” La coach siente “que les estamos cargando de mucha responsabilidad” y recuerda que “nosotros como adultos somos quienes tenemos la responsabilidad de cuidar de ellos, de darles herramientas” y es en ese punto en el que asegura: “Son herramientas fáciles, pero hay que enseñarlas. Sumar es realizable, pero te tienen que enseñar a sumar y hay programas y herramientas sencillas fáciles de absorber que evitarían muchísimos problemas ahora y en un futuro porque estos jóvenes son los que nos van a liderar en mínimo ¿Cómo nos van a liderar si están con tanta presión, con tantos problemas emocionales o con tantos retos?

“El estrés lo pasan todos, no importa a qué te dediques, qué haces o qué no haces”

Mención excepto además merecen otros colectivos que llevan tiempo padeciendo ‘sisifenia’ como los médicos, los abogados, o incluso los periodistas. Colectivos que tienen mucha autoexigencia constante y para los que la pandemia ha supuesto un ayer y un posteriormente.

“La pandemia ha producido varias cosas, por un banda un incremento del estrés, de las patologías. Por otro banda, hay una parte de la población que ha decidido que va a cambiar de vida, la pandemia le ha permitido tener un momento de consejo y eso ha provocado que cambien su forma de poblar, pero muchos otros no han podido. Se han cubo cuenta de que esa forma de trabajar no les convence, pero no pueden cambiar, eso les genera mucha más insatisfacción, mas estrés”.

“Es difícil controlarlo todo y no tener estrés al mismo tiempo”

Es casi ficticio controlar todo lo que ocurre a nuestro en torno a sin crear estrés. Koro Cantabrana explica que “para muchas personas es una menester el querer tener todo bajo control, pero eso te genera mucho estrés” y explica que “el pensamiento nos lleva a las emociones, las emociones nos llevan a las acciones y las acciones al resultado. Si yo estoy pensando que tengo que estar controlándolo todo estamos en un miedo constante, eso nos genera mucha presión y luego muchísimo estrés”.

Ayer de despedirnos pedimos a Cantabrana 3 ‘tips’ sencillos para intentar automedicarnos frente al estrés cada mañana:

  • Respirar, normalmente cuando tenemos estrés respiramos con la parte superior de los pulmones que es la que nos conecta con el sistema simpático. Así que lo que hay que hacer es respirar durante 5 minutos con la parte muerto, con eso activamos el sistema parasimpático, “toda nuestra bioquímica cambia y entramos en calma”.
  • Los microdescansos: Salir a retozar, salir a circular, salir a estar un momento en la calle y cambiar de espacio.
  • Hacer poco que nos ilusione: sonreír, reír

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *