La suma de socialistas y bildutarras amenaza otros tres municipios navarros


El frágil nivelación de poder que el miércoles permitió una moción de censura en Pamplona para entregarle la alcaldía a EH Bildu no es una excepción en Navarra. UPN gobierna en minoría en tres ayuntamientos más donde un pacto de los socialistas con los de Otegi podría arrebatarle esas alcaldías. Sobre el papel asimismo existen aritméticas similares en el País Vasco, aunque en este caso resulta más complicado porque los socialistas tendrían mucho que perder y poco que percibir.

«Yo no hago política ficción», reconoció el presidente de UPN, Javier Esparza, en una entrevista en torrevieja news today en agosto, en la que se mostró muy consciente de la delicada situación en la que estaban esas cuatro alcaldías de su partido en Navarra. El más evidente era el caso de Pamplona, donde este miércoles se ha consumado la moción de censura que planeaba en el entorno desde el mismo momento en que Cristina Ibarrola levantó el bordón de mando.

Como en la haber foral, UPN asimismo gobierna en minoría en Estella, Barañain y Egües. La suma de los regionalistas y el PP navarro en la primera tiene un concejal menos y dos menos en la segunda. Un pacto idéntico al de Pamplona podría provocar el variación en ambas alcaldías en protección de EH Bildu.

Sobre el papel asimismo es factible sobrellevar a término el cambio de poder en la plaza de Egües, aunque allí el acuerdo debería incorporar asimismo a agrupaciones independientes. «Lo único que podemos hacer es trabajar para la masa», reconoció Esparza preguntado por este aspecto ya en verano, a los dos meses de constituirse todos los ayuntamientos de España. Y en ello seguirán los de UPN en estos tres consistorios.

Más complicado resulta pensar que la fórmula pueda extrapolarse a los vecinos vascos. Sobre el papel, hay una docena de municipios donde la aritmética electoral permitiría sumar mayoría a socialistas y EH Bildu, lo que desbancaría al PNV de las alcaldías. Podría ocurrir, por ejemplo, en Durango, donde los votos del PP decantaron la báscula en protección del pacto entre PNV y Partido Socialista de Euskadi (PSE). En esta plaza vizcaína los de Otegi ganaron las elecciones, pero se quedaron a dos concejales de la mayoría absoluta, justos los que tienen los socialistas.

La ecuación podría ser la misma en algunos municipios de tamaño medio como Santurce y Sestao (Vizcaya), Amurrio y Legutiano (Álava) o Elgoibar y Zarauz (Guipúzcoa). El número se incrementa si en la ecuación entra Podemos y sus votos suman fuerzas con el PSE para dar alcaldías a EH Bildu. Sin confiscación, resulta prácticamente difícil pensar que un variación así pudiera darse en el País Vasco. Y por varios motivos. Miembros de EH Bildu ya reconocían el miércoles que «el PNV no es UPN» y que para los socialistas no es lo mismo sufragar contra el partido que les ‘traicionó’ con la reforma sindical que contra un socio necesario en Madrid con el que adicionalmente gobiernan todas las instituciones relevantes del País Vasco.

Por otra parte, sería tirar piedras contra su propio tejado donde ya gobierna, como Vitoria, pues implicaría perder el poder en una haber de provincia. Siquiera se entendería que en la Diputación de Guipúzcoa retirara el apoyo a los peneuvistas para dárselo a EH Bildu, toda vez que de momento no contempla compartir gobiernos con los de Otegi.

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