Revelan el origen de los ‘fantasmas’, un tipo de eventos luminosos transitorios que se producen en la atmósfera



Poliedro su carácter esquivo, recibieron nombres extraídos de ‘Sueño de una confusión de verano’ (Shakespeare), como duendes o elfos. Relacionados con los rayos de tormenta, pero situados decenas de kilómetros sobre las nubes, entre ellos se encuentran los ‘fantasmas‘, unos destellos verdosos cuyo origen se atribuía al oxígeno. Ahora, el primer estudio espectroscópico de estos eventos, publicado en la revista Nature Communications, los asocia con metales, como el hierro o el níquel, que nunca se habían incluido en los modelos ópticos de los destellos mesosféricos.

Cómo aparecen

No lo hacen de forma aislada, sino que se observan en la región superior de los sprites (duendes). Esto es un espectacular evento brillante de tan pronto como centésimas de segundo que muestra una parte superior difusa y una región inferior poblada de tentáculos. Los duendes pueden dilatarse desde los cuarenta hasta los casi cien kilómetros sobre el suelo y, en ocasiones, presentan un aparecido verdoso sobre la parte superior difusa, que perdura cientos de milisegundos tras la desaparición del duende que lo generó.

“Desde que, en 1989, se documentaron los primeros Eventos Luminosos Transitorios, que es como conocemos esta clan de eventos, personas de todo el mundo buscan capturarlos durante las tormentas eléctricas. Y, de hecho, fue un comprobado devoto quien fotografió por primera vez un aparecido”, señala María Passas Varo, investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía que encabeza el trabajo.

Principal hipótesis

Este destello verdoso aparece sobre algunos duendes más intensos y apunta a la interacción de las partículas cargadas (iones) con el oxígeno atómico presente en la medio. Se negociación de un engendro ya identificado en el color verdoso de las auroras. Para corroborarlo, el equipo comprobado que desarrolló este trabajo inició en junio de 2019 una campaña de observación sistemática para la elaboración de espectros de la región superior de los duendes (un espectro permite conocer parámetros como la temperatura o composición de un objeto celeste).

“Uno de cada cien duendes muy intensos genera un aparecido (…) Hace errata mucha suerte y mucha pericia para apuntar el aparato a la mérito adecuada, porque la rendija de observación es muy estrecha y hay que predecir dónde va a aparecer el duende” detalla Passas Varo.

Ese espectro reveló, por primera vez, qué produce los fantasmas, un proceso en el que el oxígeno contribuye muy poco.

El hallazgo de estos átomos metálicos implica una aggiornamento de los modelos para los eventos luminosos transitorios, cuya comprensión resulta a su vez fundamental para entender cómo funciona el circuito eléctrico completo del planeta.

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