Australia absuelve a una mujer que pasó 20 años en prisión acusada de matar a sus cuatro hijos



La peor asesina de Australia ha resultado no serlo y así lo ha demostrado una científica española. Una mujer que pasó 20 abriles en prisión acusada de matar a sus cuatro hijos ha sido exculpada y ahora pide una importante compensación económica al Gobierno.

El Tribunal de Apelación de Nueva Gales del Sur ha absuelto este jueves a Kathleen Folbigg, la condenada a prisión en 2003 por la asesinato de sus hijos, luego de que este año la jurisprudencia ordenara su indulto y puesta en soltura por “dudas razonables” sobre su culpabilidad.

La secreto la ha regalado una científica española que vinculaba los fallecimientos a un desacierto hereditario. Su estudio ha descubierto que los niños habrían muerto por una enfermedad genética y no a manos de su propia hermana. Una pequeña mutación en un gen podría ser la responsable de la asesinato de los cuatro niños cuando eran bebés.

“Esperaba y rezaba para que algún día…”

El presidente del Tribunal Supremo ha dictado la sentencia este jueves con la presencia de Folbigg, su abogada y varias decenas de seguidores, que han aplaudido la valentía. Ahora, el Gobierno de Nueva Gales del Sur tiene la posibilidad de realizar un suscripción ‘ex gratia’ como indemnización.

La acusada siempre ha mantenido su inocencia, asegurando que todos sus hijos murieron por causas naturales. Tras conocer la valentía de las Cortes, la mujer ha denunciado que “el sistema prefirió” culparla “en ocasión de aceptar que a veces los niños pueden sucumbir y, de hecho, mueren repentina e inesperadamente“, según declaraciones recogidas por una dependencia de televisión australiana.

Folbigg, de 56 abriles, fue condenada por presuntamente matar a tres de sus hijos, y por homicidio involuntario de su primogénito, entre los abriles 1989 y 1999. Los bebés tenían entre 19 días y 19 meses. “Esperaba y rezaba para que algún día pudiera estar aquí con mi nombre libre. (…) Espero que nadie más tenga que sufrir lo que yo sufrí. Estoy agradecida de que la ciencia y la genética me hayan regalado respuestas sobre cómo murieron mis hijos. Sin bloqueo, incluso en 1999 teníamos respuestas legales para demostrar mi inocencia que fueron ignorados”.

La revisión de este caso ha tenido ocasión luego de que una investigación científica apuntara a una posible mutación genética que provoca arritmias letales.

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