Don Julián y los móviles en el colegio


Se llamaba Don Julián y era mi profesor de tercero de EGB. No era muy stop, pero tenía un talento terrible. Rememoración que, si coincidías con él de camino a casa, te acompañaba preguntándote la tabla de multiplicar. Nos reíamos cuando «enganchaba» a uno de los compañeros en dicha tarea, pero recitabas la tabla de multiplicar cuando eras tú el afortunado. No presente ya si era un buen profesor, imagino que sí, pero lo que era evidente es que le teníamos mucho respeto y que quería enseñarnos lo que sabía. Mis padres todavía respetaban a los profesores del colegio y cualquier anotación en el diario realizada por uno de ellos era asumida como cierta.

Si la correcta formación del estudiante debe ser el objetivo central de la educación, obviamente el profesor es la colchoneta fundamental de todo el proceso para poder conseguirlo. Es inasequible conseguir una buena educación sin buenos profesores, independientemente de todas las acciones de mejoramiento adicionales que se quieran proyectar.

Pero la importancia de los profesores parece ser la gran olvidada en las mejoras del sistema educativo. El nuevo noticia Pisa deja en evidencia un retroceso terrible en cuanto a la formación de nuestros estudiantes. Pero qué se puede esperar si la máxima responsable del sistema educativo, la ministra de educación, la socialista Pilar Alegría, dice que, aunque son peores que en abriles anteriores, estamos en la media europea. Cuando la escuché me recordaba a mí mismo tratando de convencer a mi padre hace muchos abriles, que mi nota era mala, pero estaba en la media de la clase mientras le enseñaba la columna que mostraba mi nota con respecto al resto de tus compañeros. Mi padre nunca dio por buena esa respuesta y creo que hacía aceptablemente forzándome a mirar en dirección a hacia lo alto y a no conformarme con encontrar «excusas de mal pagador» para discurrir una mala nota.

Pero más vergonzante ha sido las justificaciones de uno de los responsables del campo de acción educativa de la Generalitat Catalana, que ha culpado a los inmigrantes de los pésimos resultados que han obtenido los estudiantes catalanes. Menos mal que estas declaraciones las hizo un independentista de izquierdas, ya que si lo hubiese dicho cualquier persona de un gobierno de derechas las acusaciones de racismo y las menciones a Franco hubiesen brotado en todos los mentideros políticos.

Por más vueltas que le den los independentistas vascos y catalanes, el obviar la jerga vehicular de los estudiantes influye indudablemente en los malos resultados. Pero ellos van a seguir en su cruzada contra el castellano, muestren lo que muestren los resultados de cualquier noticia que simplemente retrate la ingenuidad. Ellos prefieren conducirse en sus realidades ficticias de razas y lenguas superiores, aunque minoritarias, que ahora se van a ver apoyadas por los socialistas.

Lo obediente sería observar los sistemas educativos de remisión, todos los nombran, pero nadie quiere aplicar las medidas de sentido popular que utilizan, ya que pondrían en censura el status quo de muchos.

Volvemos a D. Julián y a sus sucesores, las sociedades con buenos sistemas educativos tienen a los mejores en los puestos de profesor. Pero no solo es eso, sino que encima de conseguir que los buenos estudiantes sean los profesores del futuro, esta es una de las profesiones más respetadas.

Por otra parte, en muchos modelos educativos se permite a los equipos directivos de los centros designar a sus profesores, y todos pasan las correspondientes evaluaciones. Poco que en España parece haberse olvidado, más allá del noticia Pisa, el único momento en el que se evalúa a los estudiantes de forma más o menos uniforme es en las pruebas de ataque a la universidad. Estos, encima de que al ser exámenes a nivel de comunidad autónoma se les permite maquillar ciertos resultados, han dejado ser una forma de filtrar el ataque y solo sirven para ordenar las preferencias de los estudiantes.

Se puede representar con la formación y comicios del profesorado, con la de los responsables de los centros educativos, con las materias a impartir o las metodologías con las que se imparten, con las ratios adecuados y muchas más cosas, pero si nos quedamos con que la medida fortuna del gobierno socialista para mejorar la educación es prohibir el uso del móvil a los estudiantes de los primeros cursos, ya podemos comprobar la escasa apetencia con la que actúan. Pero encima de la ministra, nadie del sistema educativo parece querer representar.

Como decía Martín Luther King «puede que no seas responsable de la situación en la que estás, pero lo serás si no haces falta para cambiarla», y entonces puede que todos seamos responsables.

Este artículo se lo dedico a D. Julián y a todos los profesores que me formaron con su trabajo, los presente con cariño y agradecimiento.

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