La resplandor solar alcanzó su punto clave a las 12:02, siguiendo el horario Eastern Standard Time (EST), y fue de clase X2.8. Cerca de rememorar que la categoría X hace relato a las erupciones más intensas que puede alcanzar el Sol, mientras que el número proporciona información acerca de la fuerza. La NASA ha informado acerca de que esta resplandor solar ha sido la más extenso que se ha pasado en el ciclo solar flagrante, siendo la más poderosa registrada desde 2017.
Este engendro ha impresionado un hito en el flagrante ciclo de actividad solar número 25, que comenzó en diciembre de 2019. Es más, el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) clasificó el evento como uno de los más grandes nones registrados y advirtió que fue lo suficientemente válido como para causar interferencias en las comunicaciones por radiodifusión en la Tierra.
El engendro generó una profunda interrupción de radiodifusión de onda corta en las Américas, según detalló el portal SpaceWeather. Se presume que una eyección de masa coronal (CME) estuvo asociada con la resplandor, posiblemente con un componente dirigido cerca de la Tierra. Este tipo de eventos suele desencadenar enormes nubes de plasma solar al espacio, provocando tormentas geomagnéticas que pueden afectar las redes eléctricas y otras infraestructuras.
Aunque la ámbito terreno actúa como un escudo contra la radiación dañina de las erupciones solares, las señales enviadas por GPS y los satélites de comunicaciones pueden tantear interferencias, y en algunos casos, se producen apagones de radiodifusión.
El Sol aún se encuentra en la escalón original de su nuevo ciclo de actividad, y la intensidad del próximo período mayor solar es incierta, ya que no todos los máximos solares son iguales. La NASA reveló imágenes del sol en llamas, capturadas por el Observatorio de Dinámica Solar en luz ultravioleta extrema, mostrando la magnitud de la golpe solar.
Mil millones de bombas de hidrógeno
Según la NASA, “cuando los campos magnéticos del Sol se cruzan y vuelven a conectarse, saltan de la superficie solar bucles de decenas de veces el tamaño de la Tierra”. Es por esto que, en los casos más graves, “este proceso de reconexión puede producir tanta energía como mil millones de bombas de hidrógeno“.
Este evento solar ha despertado la atención de la comunidad científica y de organismos encargados de monitorear el clima espacial, como la Sucursal Doméstico Oceánica y Atmosférica (NOAA). Esto se debe a que, aunque las llamaradas solares son fenómenos normales en el ciclo de actividad solar, la intensidad de esta última golpe ha remarcado la importancia de la vigilancia continua por parte de agencias espaciales para mitigar posibles impactos en la tecnología terreno y espacial. Por consiguiente, se dilación que los científicos continúen evaluando las posibles consecuencias de esta resplandor, incluyendo la probabilidad de tormentas geomagnéticas y auroras boreales.
Las erupciones solares
Según las informaciones proporcionadas por la NASA a través de su página web oficial, las erupciones solares son explosiones gigantescas que tienen punto en el Sol y que envían energía, luz y partículas al espacio a gran velocidad.
“El número de erupciones solares aumenta aproximadamente cada 11 abriles, y el sol avanza actualmente cerca de otro mayor solar, probablemente en 2013. Esto significa que se producirán más erupciones, algunas pequeñas y otras lo suficientemente grandes como para dirigir su radiación hasta la Tierra“, informa la NASA.
¿Cómo se clasifican estas erupciones?
Las erupciones solares se clarifican de forma similar a la escalera de Richter. Se utilizan cultura que representan un aumento de 10 veces en la producción de energía. Estas serie comprende las cultura A, B, C, M y X. Remarcar que adentro de cada clase de giro hay una escalera más fina del 1 al 9.
Cuando una erupción es catalogada con la giro A, significa que la erupción se ha hexaedro cerca de los niveles del fondo, siendo estas las más pequeñas. Las erupciones B y C siquiera afectan sensiblemente a la tierra oportuno a que son muy débiles.
Sin confiscación, las erupciones de clase M son suficiente más peligrosas ya que pueden trasladar apagones de radios en los polos y pueden poner en peligro a los astronautas al ocasionar pequeñas tormentas de radiación.
Finalmente, las erupciones de clase X son las mayores explosiones del sistema solar con una gran diferencia.
“Aunque la X es la última giro, hay llamaradas más de 10 veces la potencia de una X1, por lo que las llamaradas de clase X pueden pasar las 9. La resplandor más potente medida con métodos modernos se produjo en 2003, durante el zaguero mayor solar, y fue tan potente que sobrecargó los sensores que la medían. Los sensores se apagaron en X28″, explican desde la NASA.