Este hostelero estableció un remate de 40 personas para su evento solidario, aportando el número de teléfono del bar para todo aquel que quisiera anotarse, siempre que reunieran la principal condición: “Quise soldar a muchedumbre que lo necesita, me da igual que sean españoles o no. Es para personas con pocos bienes”. El emprendedor contactó con entidades sociales para que le ayudasen a circunscribir a los más vulnerables de la ciudad. Los colectivos sociales respondieron positivamente a la petición. La Navidad despierta el flanco más caritativo de la muchedumbre, pero en el caso de Jefferson cero es casualidad.
Historia de superación
“Esto surge porque yo estuve mucho tiempo en la calle, pasando frío, durmiendo en un tira. Así que sé lo que estas personas sienten. Sé lo que es estar triste, solo. Y más en Navidad”, dice Jefferson, que ahora es emprendedor. Tiene seis negocios más. Echar la tino detrás no es posible. “Mis inicios no fueron fáciles, lloré mucho”, recuerda para poner punto y final a su historia, no sin ayer devolver a su grupo, la que le ayudó a seguir delante con su historia de superación.
Ayer cogió el delantal y se puso a cocinar para sus 40 invitados. Como uno más, posteriormente del trabajo de él y de su equipo de la cervecería Milmañas, se sentó a la mesa con todos. Posteriormente de toda la etapa preparando las comidas. “Me gustaría organizar una cena solidaria todas las Navidades. Incluso pretendo organizar poco para entregar juguetes a los niños”, cuenta.
Paella, calamares, lacón y otras delicias que sirve a diario en Milmañas se degustaron ayer en la cena solidaria. Jefferson ya piensa en las próximas navidades.