El secreto de los semáforos que nos va sorprender



La Navidad está a la dorso de la cúspide y el tráfico ya es más intenso de lo habitual, por eso en estas fechas se recomienda el uso del transporte sabido. Las ciudades se inundan de peatones y conductores, las compras, las comidas y cenas de empresa, las reuniones familiares y multitud de compromisos que cumplir nos fuerzan a ir corriendo a todas partes. Por eso, a veces se nos hace interminable el tiempo de prórroga en un paso de peatones. Y nos preguntamos: ¿cómo y quién regula ese tiempo de prórroga?

Y es que es muy global que el tiempo de prórroga para que un semáforo se nos ponga en verde se nos haga permanente, poco que le ocurre tanto al peatón como al conductor. De hecho, ese tiempo en el que el semáforo está en rojo o en verde varía según el cuerpo del tráfico y la afluencia de peatones.

Ponemos el ejemplo de Madrid, una de las ciudades más transitadas y que cuenta con 55.620 semáforos todos ellos sincronizados, 2.400 cruces semaforizados y 10.000 avisadores sonoros para personas con dificultad visual.

En alguna intersección podemos ganar a esperar hasta tres minutos para que nuestro semáforo se ponga en verde, pero lo regular es que la prórroga oscile entre los 70 y los 150 segundos. Pero, ¿cómo se coordina la circulación en una gran ciudad para evitar que sea caótica?.

Un equipo de torrevieja news today Noticiario visitante la Central de Circulación del Cabildo de Madrid. Marta Alonso, directora caudillo de diligencia y vigilancia de la circulación, nos cuenta cómo funcionan en realidad los semáforos, qué se tiene en cuenta y la importancia de la sincronización entre ellos para conseguir una circulación fluida y controlada.

Todo el sistema semafórico de la ciudad se maneja desde esta central, todos los días del año, 24 horas al día. Está centralizado, y desde aquí además es posible cambiar la regulación y los tiempos que los semáforos están en verde, rojo o amarillento.

Salimos a la calle y preguntamos a peatones y conductores. Tanto unos como otros reconocen la impaciencia que sienten cuando esperan a que el semáforo cambie de color para poder advenir. Además reivindican que el tiempo de algunos semáforos se alargue para que personas con discapacidad y mayores con problemas de movilidad puedan cruzar más tranquilos.

Alonso señala que los semáforos están diseñados para que “el peatón pueda cruzar sin problemas a una velocidad de medio patrón por segundo”. Por otra parte recuerda que “para favorecer la movilidad a personas con dificultad visual hay casi diez mil avisadores acústicos en los semáforos. En una ciudad como Madrid se cuenta con 7.500 sensores en el pavimento que son los que apuntan información a los semáforos para regular el tiempo que están en rojo, verde o amarillento”.

Los semáforos han contribuido en cambiar la forma en la que nos desplazamos por las ciudades. La instalación del primer semáforo se remonta al 10 de diciembre en 1968 en el cruce de Bridge Street y Palace Yard, en el centro de Londres.

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