Gabriel Tostado Martínez (Santa Cruz del Retamar, 2002) cursó la ESO en el instituto El Greco, en Toledo, y Marisa, su profesora de Historia del Arte, le dijo al ojear su primer poemario: «Eres un francotirador urbano«. Transformaba en poesía, todo lo que vivía y sentía.
Una descripción más que acertada para determinado que ha pasado muchas horas en el parque de San Julián de Cuenca, la ciudad que lo adoptó hace cuatro abriles, cuando inició sus estudios de Periodismo en la Universidad de Castilla-La Mancha. Sentado en sus bancos, balanceándose en los columpios, paseando por sus caminos, siempre con su bloc de notas en la mano para que carencia de lo que observara se le pasara por suspensión.
A pesar de su inexperiencia -acaba de cumplir 21 primaveras-, ya tiene tres libros de poesía en el mercado: ‘La memoria de la piel’, ‘Vigésimo abriles’ y su zaguero trabajo, ‘El primer día posteriormente de ti‘. «Empecé escribiendo novelística, pero me aburría mucho el proceso y sentía que no terminaba de transmitir. Así que un día me puse a escribir en el envés del cuaderno y eso sí me llenaba y lograba transmitir». Fue entonces cuando empezó su idilio con la poesía.
Este ‘juntaletras’, como él se describe, explica que su zaguero trabajo, autoeditado, es «un diario de vivencias, más juicioso« que sus anteriores trabajos. Asegura que hay »mucha intensidad y sinceridad, y no una poesía sobrecargada de florituras«, sino 108 poemas escritos por »un chaval sencillo al que le gusta contar las cosas de forma sencilla«.
Reconoce que la escritura de este poemario no le ha quitado muchas horas de sueño. Lo que sí le ha poliedro más de un dolor de individuo, ha sido el proceso de producción hasta que «su criatura» ha trillado la luz: maquetación, estampado, promoción… Todo lleva su sello, indemne el prólogo, escrito por alquien que lo conoce muy proporcionadamente. Su amigo Jaime Martínez ha dibujado un preámbulo con guiños al mundo taurino, afecto que profesa el autor.
En este recopilatorio de poemas tiene mucho peso el desamor, sentimiento que vivió en la época final de su escritura. Pero todavía hay expresiones bonitos. Como alusiones a sus viajes, el descubrimiento de nuevos lugares y, como no podía ser de otra forma, a Cuenca, que lo ha trillado meditar personal e intelectualmente. «Exposición lo que ha significado para mí esta ciudad y la masa que he conocido aquí. En defintiva, abro mis sentimientos para que otros vean como me he sentido», afirma.
De momento, ‘El primer día posteriormente de ti’ ya ha sofocado su primera estampado y, en el bloc de notas de Gabriel, sus vivencias comparten ya espacio con sus próximas presentaciones literarias.