La UD Ourense recibe un excesivo castigo del líder Bergantiños



El zaguero capítulo del año 2023 como recinto de la UD Ourense no fue el que deseaba ni el equipo ni su hobby en cuanto al resultado, pero en él sí se ofrecieron mejores sensaciones en lo que al solaz se refiere que en los últimos partidos como recinto y más teniendo en cuenta el rival que tenía enfrente, el líder e intratable Bergantiños, que se llevó una vencimiento cimentada en un trastazo de fortuna al filo del refrigerio.

El conversación pudo tener otro resultado final si en el primer tiempo el equipo de Jorge de Todopoderoso, acertadamente plantado por el ámbito de solaz, no arriesgando en la construcción del solaz por las peligrosas contras del Bergantiños, ganando los duelos en medio campo con Viti como principal autor y llegando con velocidad a crear peligro a la puerta de Santi Canedo, hubiese tenido fortuna de cara al gol.

Pero Viti se encontró con el tabla en un gran remate de habitante en un córner sacado por Yelco Alfaya a los nueve minutos y Varo no encontró rematador en una internada por lado diez minutos a posteriori, una jugarreta que se repetiría pasada la media hora de solaz con maduro claridad, siendo Cabarcos el que impidió el gol ourensanista. 

El Bergantiños no dominaba, pero avisó con una pérdida en medio campo primero y Santi De Prado salvó un remate de Álex Ramos como previo a una jugarreta tan extraña como vacía de fortuna, en la que un mal rechace dejó a Musy en velocidad frente a la puerta de Álex Cobo que en su salida e intento de despeje se topó con Pablo Corzo, que introdujo el balón en la puerta ourensanista a un minuto para dirigirse al refrigerio. Excesivo castigo para los méritos de unos y otros al intermedio.

 Y tras el refrigerio lo intentó la UD Ourense, pero le costó en el primer cuarto de hora impresionar a la puerta de Santi Canedo, pudiendo concluir resuelto el partido con dos claras ocasiones de gol de Remeseiro y Álex Ramos, con Álex Cobo como protagonista con dos grandes intervenciones salvadoras. 

En la última media hora, con el empuje del sabido, los cambios introducidos por Jorge de Todopoderoso y el conservadurismo del Bergantiños, el equipo ourensanista se morapio en lo alto con más empuje y precipitación que éxito y dispuso de opciones de conseguir la igualada con dos centros de Guisande que no encontraron rematador cuando ya se esperaba cantar el gol en la escalón.

Los minutos finales en el campo de Oira fueron un quiero y no puedo con mucho nerviosismo y una sucesión de protestas, tarjetas y expulsiones al banquillo ourensano que abortaron cualquier intento de arreón final.

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