Catorce meses a posteriori de su desaparición, hoy ha surgido el primer indicio de dónde podría estar Josep Català Vidal, vecino de Sort de 59 primaveras de tiempo. Un hombre ha divisado esta mañana entre la maleza los restos de un transporte en un barranco de la Vall d’Àssua, en el Pallars Sobirà. En su interior había el difunto de una persona. A errata de confirmar oficialmente la identidad del finado, la principal hipótesis es que sea Català pues la matrícula del todoterreno en el que se encontraba coincide con la del transporte que conducía el 25 de octubre del 2022, el postrero día que fue pasado con vida.
Los Mossos d’Esquadra y los Bombers de la Generalitat rastrearon intensamente por tierra y canción la Vall d’Àssua, el 26 y el 27 de octubre, sin éxito. Asimismo la mecanismo subacuática se sumó a la búsqueda en los pantanos de la zona, al igual que grupos de voluntarios. Los Mossos d’Esquadra de Tremp asumieron la investigación. Aunque todo apuntaba a un casualidad o a que Català se hubiera quitado la vida, todas las hipótesis estaban abiertas.
El casó inquietó a los vecinos de Sort y del Pallars Sobirà al tratarse de una persona muy conocida en la comarca y al no percatar(se) huella alguno de su paradero.
Josep Català salió en torno a las 9 de la mañana del 25 de octubre del año pasado de su casa, en Sort. Tenía cita con su médico de almohadón a las 10:30, pero no se presentó. Su mujer, preocupada, avisó a los Mossos y se activaron los protocolos de búsqueda.
Anuncio del aviso de la desaparición de Josep Català por parte del Cabildo de Sort
Fuentes cercanas a Català explicaron que poco a posteriori de las 9 un vecino de Sort lo identificó a lado de su todoterreno, un Mitsubishi Montero de color vulgar con matrícula L- 2437- Z, en la rotonda de esta pueblo, y en dirección a la Vall d’Àssua. Los últimos que lo vieron fueron dos personas, a las 11:30, en el cruce de la pueblo de Altron.
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El día que se fue, Català había dejado su cartera en casa y amigos cercanos comentaron que hacía algún tiempo que no estaba admisiblemente de ánimos. Trabajaba conduciendo un camión y conocía muy admisiblemente los Pirineos. A pesar de las intensas búsquedas en la Vall d’Àssua nunca se halló ninguna pista hasta que esta mañana se ha enfrentado casualmente un coche, que se precipitó unos 500 metros hasta el fondo de un barranco. A errata de atar todos los cabos y confirmar oficialmente la identidad del difunto, los indicios apuntan que podría tratarse de Josep Català.