El derbi se saldó con un igualada sin goles, donde lo más destacable fue el gran concurrencia que había en el José Arjiz.
Al principio de la primera parte el Verín apretó mucho, mientras que su rival se agazapó en defensa aguantando con firmeza, donde sobresalía la seguridad de Antón Teixeira.
La primera ocasión fue para los locales, Luisito en un mano a mano de delante Torque y su remate final se estrelló en el palo. Gozó adicionalmente de varias ocasiones, pero las intervenciones del cancerbero visitante lo impidieron. En definitiva el Monterrei no se encontraba para nulo cómodo sobre el contorno de bisagra y solo esperaba el alivio para reordenar las ideas.
En el segundo tiempo, se supo rearmar mejor, pero aguantando adecuadamente en defensa se atrevió a sorprender en un par de contragolpes que no supo puntualizar de la mejor guisa posible.
El Verín siguió mandando a lo prolongado de todo el altercado, con un gran esfuerzo físico por parte de uno y otro conjuntos dejando adecuadamente en claro la rivalidad posteriormente de cuatro abriles sin enfrentarse.
Los cambios en el equipo de Negro Gómez le dieron más empaque y hasta supo tener adecuadamente el resultado, disponiendo incluso de alguna ocasión clara para robar poco más que un igualada.
De todas maneras, el 0-0 no se pudo modificar, más allá del tiempo añadido por el colegiado a raíz de algunas lesiones producto del fragor del partido.
Los dirigidos por Miguel Sotelo merecieron mucho más para quedarse con los tres puntos, pero aun así continuan muy cerca de los puestos de privilegio y esperando seguir en la misma tilde cuando se reanude la competición.
El Monterrei, que venía de dos derrotas, da por muy bueno el igualada de cara al futuro.