Esta es la resolución de Morteza Ghomi, Isabel Micó-Millán y Evi Pappa, que han abordado este tema en su artículo investigador ‘La propagación sentimental de los premios de suerte: Evidencias de la suerte de Navidad española’, publicado en ScienceDirect.
En el referencia subrayan que “a nivel regional, los premios de suerte aumentan significativamente las licencias de automóviles, reducen el desempleo e intensifican la creación de empleo y los precios“.
Gran parte de los compradores de suerte comparte décimos con familiares y allegados, generando una décimo masiva.
Esta ingreso décimo tiene enseres a grandes rasgos, ya que cuando un premio recae en una ciudad, el optimismo se contagia de forma exponencial, estimulando el comercio y mejorando las condiciones sociales.
“Talante positivo”
Haciendo una media, más específicamente experimentan un aumento en los ingresos de un 0,2% del Producto Interno Bruto (PIB), aunque va más allá, hasta el 3,4% en las aquellos lugares que perciben el premio per cápita más elevado.
La traspaso de vehículos igualmente se ve cambiante en estos casos. De acuerdo con el estudio, la expulsión de licencias de automóviles crece en torno a de un 10%.
El humor positivo generado por la trofeo en la suerte igualmente se traduce en beneficios para el empleo. Por una lucro de 1.000 euros per cápita, la tasa de desempleo experimenta una disminución continuo de hasta un 0,3%.
“Poliedro que la probabilidad de ser receptor de un premio en una provincia ganadora es solo del 0,015%, lo más probable que el premio de suerte no esté relacionado ni con la renta individual contemporáneo ni con la futura”, señalan.