La suya podría ser una bonita historia de Navidad, pero se fragua desde hace mucho tiempo a espaldas. “Yo pienso mucho en los que no tienen cero, porque a mi me pasó, y en estas fechas todo es todavía más complicado”, comenta. La soledad y la yerro de posibles son los peores aliados de muchas personas que sufren durante las fiestas.
Así que, teniendo en cuenta esto, Jefferson y su comunidad se lanzaron a organizar una cena solidaria para un total de 40 personas. “Teníamos que poner un tope, porque “hay mucha gentío que lo necesita”. Cogió un papel, facilitó el número de teléfono del bar y avisó en el alfoz de la propuesta: el que lo precise, que se anote. Da igual de dónde sea.
Este emprendedor contactó, durante semanas, con entidades sociales para organizarlo todo y en ellos encontró la ayuda que necesitaba para, a su vez, brindársela él a los otros. Y, antiguamente de ponerse el delantal y manos a la obra en la cocina, apoyado por su esposa, elaboró un variado menú para todos ellos.
En Milmañas, este sábado tinieblas, se cenó paella, lacón, calamares y otros platos que ellos mismos prepararon para 40 personas sin posibles. “Yo hubiese precisado poco así cuando llegué a España, lloré mucho, por eso nos lanzamos con esta iniciativa”. Y no es la única, asegura, porque ya tiene en mente organizar una recogida de juguetes para entregar a los niños, antiguamente del día de Reyes, y “quizás poco más”.
Este trabajador incansable se ha convertido en un ejemplo en su alfoz y, tras invitar a todas esas personas a celebrar con su comunidad una Navidad en compañía, él mismo se sentó a la mesa y degustó el menú que disfrutaron esas personas a las que, sin conocer de cero, brindó su solidaridad y buen hacer.