cronología de una extorsión de ocho meses por un contrato de 4 millones a cambio de ‘seguridad’


El 30 de octubre, un hombre y su mujer se personaban en las dependencias del Reunión I de Secuestros y Extorsiones de la UDEV Central, en el difícil policial de Canillas. A los agentes les había llegado la información, a través de un colega, de que a un conocido patrón de Collado Villalba llevaban meses amenazándolo. Una rápida representación de los investigadores, la operación Covi, ha conseguido frustrar un ajuste de cuentas que adecuadamente podría poseer rematado en homicidio.

Aquel día, durante su denuncia, el hombre explicó la cronología de su calvario. Desde hacía unos dos abriles, mantenía contacto con otros empresarios del mismo pueblo que tenían intereses en Dubái. En un principio, el trabazón entre ellos fue la mediación que realiza la víctima con otros españoles que se encontraban haciendo negocios en el país árabe. En concreto, tiene una mercantil de telecomunicaciones que da soporte a terceros. Unas relaciones comerciales que cambiaron cuando el cabecilla de la trama ‘sugirió’ que podían encargarse de proporcionarles seguridad.

De hecho, explican a torrevieja news today fuentes de la investigación, el denunciante llegó a firmar un acuerdo de este tipo «de forma coaccionada» con uno de los encartados, de ciudadanía rumana. Les tuvo que satisfacer un año por precoz, 36.000 euros en total. Sin retención, el asunto fue a peor a partir del pasado febrero, cuando le insistieron en que «hay que proteger a los familiares en España de los empresarios asentados en Dubái».

Y así fue como siguieron presionándole con un nuevo convenio de ‘seguridad’. En este caso, directamente le exigían el suscripción de 4 millones de euros en criptomonedas. Debía abonarlos en tres ‘wallets frías’, que es como se conoce en el sector a las carteras vacías de inversión. De ahí debía convertirlos en capital físico. Los pagos debía hacerlos en tres cantidades: dos de 750.000 euros y un tercero de 2,5 millones.

Las amenazas, en su mayoría, las realizaban en persona, pues tanto la víctima como los después detenidos residen en Collado Villalba. Pero asimismo le entregaron un teléfono móvil que debía encender solo una vez al día, a una hora concreta y siempre fuera de su casa, para dificultar su geolocalización. Y utilizaban la aplicación Telegram para poder borrar los mensajes y eliminar el indicio.

Fotos y amenazas por Telegram

Por ese canal le comenzaron a destinar fotos de su mujer comprando en el supermercado y de la hija en el instituto, precisan los investigadores. Amenazas un tanto sutiles pero que llevaban un mensaje implícito muy peligroso. El patrón, durante meses, fue dándoles largas. Hasta que le pusieron una término contorno: desde el 30 de octubre, el mismo día que decidió denunciar, el hombre debía iniciar a abonar el capital, con pautas de suscripción de 50.000 euros por día. Una cantidad que, encima, no tenía.

La desesperación le llevó a confesar lo que estaba pasando a un amigo policía, que fue el que contactó con la Sección de Secuestros y Extorsiones. La esposa no sabía cero de lo que estaba pasando hasta ese momento, cuando se vio totalmente acorralado, con un ultimátum. Y fue cuando acudieron a comisaría.

Señal en plena denuncia

Pero el azar todavía tenía que arriesgar una nueva pasada. Mientras estaban declarando en presencia de los agentes de la UDEV Central, el teléfono de la mujer comenzó a sonar. Era su hija, pequeño de época, que estaba en casa: «Mamá, está aquí el socio de papá», le dijo. Entonces, la voz del extorsionador sonó al otro flanco del teléfono: «¿Dónde está tu marido? Le estoy llamando y ha agotado el móvil. Tiene que venir aquí urgentemente. Me quedaré en tu casa hasta que vengáis«.

Delante esa situación, hubo que efectuar rápidamente. Los policías nacionales se desplazaron de inmediato a Collado Villalba. El extorsionador se había marchado del domicilio, pero había intentado subir de nuevo, aunque la pequeño no había querido abrirle la puerta.

Las detenciones

Vieron que el sujeto, con otras tres personas, se quedaba internamente de un coche, pegado al portal. Estaban esperando a su víctima. Los funcionarios se apostaron durante dos horas y media en las cercanías, esperando a que salieran. Pero como no lo hacían, decidieron efectuar.

Adentro del transporte encontraron un hábil, un bate de béisbol y un palo enorme, con el que presuntamente pretendían ajustar las cuentas. Los cuatro individuos fueron detenidos y se negaron a decidir en presencia de la Policía. Tras advenir a disposición sumarial, quedaron en autodeterminación con cargos.

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