«30 minutos por cada consumición»


Sentado en una mesa de bar mirando el reloj y con el cronómetro en marcha para favorecer la rotación de clientes. Es la razón de ser de un fenómeno, el de limitar la estancia en terrazas de establecimientos de restauración, algo que aún no está muy extendido en España, pero que empieza a vislumbrarse como una opción para ahuyentar a quienes pasan horas sin consumir y maximizar beneficios económicos.

En la ciudad de Valencia la polémica estalló a principios de año. Con la falta de rentabilidad como principal argumento, los propietarios de un negocio cuya terraza ocupa una plaza del centro histórico de la capital del Turia decidieron establecer un máximo de 20 minutos para un café y 25 para consumir una cerveza o refresco.

Una medida que buscaba disuadir a quienes pasan horas sentados sin pedir nada más, pero que causó el asombro de muchos clientes y vecinos, que criticaron el límite horario a la hora de explotar un espacio público.

A mediados de agosto, otro establecimiento de la ciudad puso freno a quienes aprovechan un café para pasar la mañana al sol o llenan una mesa y solo piden una persona. «En terraza consumo 20 minutos por persona. Sin consumir no te puedes sentar”, anunciaba un cartel en la puerta del bar.

Las asociaciones de hostelería siempre han defendido que es algo residual y poco extendido entre los locales de la ciudad, lo que también puede tener consecuencias reputacionales para quienes lo implementen. Por su parte, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señalan que «Es legal fijar un consumo mínimo o un tiempo máximo en la terraza, pero sólo si se informa expresamente al cliente cuando la ocupa«.

El último en abrir el debate en las redes sociales fue el influencer valenciano Jesús Soriano (@soycamarero). «Abrimos debate. ¿Qué os parece esto?», ha apuntado adjuntando una imagen de un cartel que reza: «Tiempo máximo de consumo en terraza 30 minutos».

Las reacciones de sus seguidores en X (antes Twitter), en su mayoría negativas, no se han hecho esperar. “Ellos son libres de hacerlo, yo soy libre de irme a otro lado”, afirma un usuario, mientras que otro lo describe como “una forma excelente de ahuyentar a los clientes”. “Supongo que si lo hacen es porque la terraza está llena”, apunta.

“Entiendo que haya gente que se aproveche, pero cuando salgo y me siento en una terraza no es para mirar el reloj, es para relajarme”, afirma un usuario. Otro tuitero propone una solución menos drástica al problema para ahorrar la factura: «Si no necesitas la mesa, déjales quedarse todo el tiempo que quieran, aunque obviamente les preguntas cada x veces si necesitan algo más. Si lo necesitas y hace tiempo que no consumen (y no quieren nada más), les vuelves a preguntar si necesitan algo más y que por favor necesitas la mesa porque hay clientes esperando para sentarse.

En esta línea, algunos recuerdan que en muchos restaurantes dos turnos para el almuerzo y la cena y se avisa al cliente del primero que el servicio tiene que finalizar antes de que lleguen los siguientes comensales.

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