El vasco residía con su esposa chilena Dafna Garcovich en el kibutz Kifusim, a menos de dos kilómetros de la Franja de Lazo. ‘El Confidencial’ ha revelado las conversaciones que tuvo con sus allegados en el momento de la tragedia. “Han tirado una explosivo a la puerta y me ha hecho una herida en el apoyo y me ha caído metralla en el pecho. La puerta de casa tiene unos cuantos balazos, señaló.
Illarramendi intercambió mensajes de Whatsapp en los que relataba el asalto. El posterior que envió fue sobre las 10:39 horas. “Mañana peligrosa estamos teniendo. Estamos proporcionadamente, pero me han disparado. Han entrado en mi casa”, dijo el gachupin en Israel. Su entorno le instó a marcharse el país, pero dijo que estaba en “la habitación de seguridad” de la casa conexo a su esposa.
Iván y su mujer murieron el día del ataque
Entreambos estaban escondidos y pidió a sus allegados que no le llamaran por miedo al ruido y ser descubiertos. Desde España enviaron los siguientes mensajes: “Llámame tú cuando puedas. ¿Puedo hacer poco? Aguantad. Y cómo han entrado?”. Illarramendi respondió: “No puedes hacer nulo. Parece que se han ido”. Sobre las 10:30 horas envió que estaba herido pero no de formalidad.
“Sí, estamos proporcionadamente, un depósito no, de maravilla, pero han tirado una explosivo a la puerta y me ha hecho una herida en el apoyo y me ha caído metralla en el pecho. La puerta de casa tiene unos cuantos balazos, sé que se ha roto el espejo y no sé qué más”, revela el citado medio. Unos 10 minutos posteriormente no volvió a contestar ningún mensaje.
Los restos de Iván Illarramendi fueron trasladados a Zarautz. Allí se celebró su funeral el pasado 17 de noviembre en la parroquia de Santa María la Existente. A la ceremonia acudieron familiares, amigos y representantes como la vicepresidenta primera Nadia Calviño, la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, la diputada genérico de Gipuzkoa, Eider Mendoza, o el corregidor de la billete, Xabier Txurruka.