EL TJUE no se pronunciará hoy sobre la viabilidad o no de la Superliga, solo va a determinar si hay o no posición de monopolio de la UEFA a la hora de organizar competiciones deportivas en el ámbito de la Unión Europea. El suspensión tribunal europeo solo se pronunciará sobre la UEFA, dejando a la FIFA al beneficio de su sentencia de hoy. La osadía que adopte hoy es esencia porque si considera que existe esa posición de dominio de la UEFA y contraria a las normas europeas de competencia se entenderá que cualquier club que se adhiera la Superliga no podrá ser sancionado ni por la UEFA ni por ninguna liga franquista.
A día de hoy, con Verdadero Madrid y Barcelona como únicos valedores, la Superliga prórroga el laudo de la corte europea, que será vinculante para el supremo de lo Mercantil número 17 de Madrid, que se lo trasladó como cuestión prejudicial tras la denuncia de los promotores del plan contra la UEFA y la FIFA por incumplir las normas de la competencia.
El profesor de Derecho Oficial de la Universidad Carlos III Alberto Palomar Olmeda ve “en realidad muy difícil predecir los género de la sentencia” y cree que “lo determinante no es solo el sentido sino los matices”.
“Si le da la razón al togado gachupin y prohíbe que el movimiento deportivo pueda tomar medidas de coerción sobre quienes, sin desamparar su estructura, piensan en la conformación de una ligazón al beneficio, es evidente que los género van mucho más del fútbol y lo que entrará en pánico o en crisis es el conjunto del denominado sistema piramidal de estructura del deporte”, señala.
Si por el contrario la sentencia “se mueve en el entorno de las conclusiones del abogado genérico (de la UE), el maniquí estará poco más tranquilo, pero es cierto que la sinceridad está demostrando que la estructura comercial y paralela se abre camino y que los rendimientos económicos y las propias reglas de estructura específica están resultando un esquema con tanto atractivo como, en su momento, resultaron las competiciones deportivas organizadas por las Federaciones”.
Y es que el abogado genérico de la Unión Europea, Athanasios Rantos, dictaminó hace un año que cualquier club podía organizar una competición, pero que la UEFA y las federaciones nacionales, adscritas al mayor organismo del fútbol europeo, podían imponer sanciones a esos clubes y prohibir su billete en sus competiciones. Ahí radica la esencia de la sentencia de hoy del TJUE, en si los clubes pueden o no ser sancionador por aparearse una competición paralela a los torneos de la UEFA.
La UEFA prórroga que el TJUE siga los pasos de Athanasios Rantos
El hecho de que el TJUE suele seguir en más del 80% de los casos las conclusiones del abogado genérico es uno de los argumentos de la UEFA para esperar un laudo a beneficio de que sus estatutos persiguen objetivos legítimos, reconocidos en el Maniquí Europeo del deporte, con el mérito deportivo, la solidaridad y el maniquí piramidal en su saco.
Como ya hemos señalado, Athanasios Rantos mantuvo que la reglas de autorización de otras competiciones son necesarias para la consecución de esos objetivos y que estaría justificada por parte de UEFA la no autorización de una competición que no cumple con los mismos, en concreto con el mérito deportivo, al sugerir al requisito de proporcionalidad que debe cumplir invalidez.
La Superliga da un viraje a su plan original
La Superliga, un plan que en si origen nació como una competición cerrada, ha girado 180 grados y el pasado viernes anunciaba un formato despejado con entre 60 y 80 clubes y donde el mérito deportivo da camino a desafiar el torneo. Y es que ese formato cerrado original fue una de las mayores críticas al plan original capitaneado por Florentino Pérez.
El pronunciamiento de hoy del TJUE es vinculante y no junto a medio, por lo que ningún de los actores podrá acogerse a ninguna otra instancia judical. Esta es la razón por la que lo que decida hoy el Tribunal de Jurisprudencia de la Unión Europea es esencia para asimilar si la Superliga es un plan viable en un futuro.