La aprieto de despabilarse retos que puedan motivar a los estudiantes e implicarlos en despabilarse soluciones creativas a problemas actuales» llevó al avezado del CEIP Santa Ana de Ávila Francisco Delgado Cecilia a desarrollar un taller que ha sido recientemente premiado como Mejor Experiencia de Sostenibilidad en la Feria SIMO 2023. Elegida contiguo a otras trece experiencias de docentes de toda España en los XI Premios a la Innovación Educativa que entregaba dicho lucha educativo, ‘SOS Agua’ aborda temas medioambientales y desarrolla en los niños habilidades en programación, robótica y pensamiento crítico.
Francisco Delgado es segoviano y tras abriles en el colegio de El Espinar, la vida le ha llevado a dar clase al CEIP Santa Ana de Ávila, provincia donde ahora disfruta de una comisión de servicio como Mentor Digital en el software ‘#CompDigEdu’ de la Dirección Provincial de Educación. En este trabajo ayuda a otros profesores a formarse en nuevas herramientas tecnológicas y propuestas metodológicas, a la vez que comparte con los alumnos experiencias como la galardonada.
«El premio me lo llevo todos los días en el clase y viendo cómo responden los alumnos y mis compañeros a lo que propongo», afirma el docente, que dice ser una persona «inquieta». El taller fue de cuatro sesiones de dos horas cada una, en marzo de 2022, y a él asistieron alumnos de altas capacidades de Ávila (son sesiones organizadas por la Asamblea de Castilla y Bizarro para estos alumnos) que estudiaban 5º y 6º curso de educación primaria.
Delgado perseguía que los escolares se convirtieran «en superagentes planetarios» y se decidieran «a despabilarse pequeñas soluciones al gran problema de la contaminación del agua», porque el trabajo, por otra parte de aunar programación y robótica, tenía la instinto puesta en uno de los Objetivos de Exposición Sostenible (ODS), el que búsqueda extender el agua limpia y el saneamiento a todo el planeta, y en que los estudiantes sean críticos todavía.
Crear conciencia
Se marcó el objetivo de «crear conciencia sobre la importancia del agua en el mundo», mediante la realización de un sistema robotizado que permitiera controlar y analizar la calidad a nivel tópico. La primera parte del esquema se centró en compilar información y difundir una presentación o un descanso programado con Scratch. Posteriormente, los niños y niñas del taller analizaron el pH del agua con ‘Machine Learning’ y, por posterior, con un set de piezas de Seglar, crearon el transporte que les permitía conseguir al agua en lugares que son más inaccesibles para el ser humano.
Algunos de los alumnos participando en el taller laureado
Para el avezado, «lo importante es que mezclaba temas muy de hogaño, como la Inteligencia Químico, con el pensamiento crítico y ahondado en los ODS, haciéndoles ver que hay que cuidar los océanos de la contaminación, por ejemplo, con los plásticos». Añade que, con sus iniciativas en torno a la robótica y la tecnología no quiere que «todos los niños sean programadores o ingenieros», sino llevarles una alfabetización que no es solo la filología, «que conozcan otros lenguajes como los de las máquinas» y a los docentes, poder «abrirles los fanales a posibilidades que pueden implementar y que no hacen por miedo al cambio o por desconocimiento, o porque piensan que las familias no lo van a entender».
El del SIMO no es el primer registro que recoge, ya que Delgado fue finalista de los Premios Educa Abanca 2020 y ha sido prestigioso embajador ‘Scientix’ (la comunidad para la enseñanza de las ciencias en Europa), embajador de la EU CodeWeek (Semana de la Programación en la UE) y colabora con el Instituto Franquista de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado (Intef, del Ocupación de Educación) en las formaciones de Inteligencia Químico y Cátedra del Futuro.
Ahora que ha saledizo de su clase en el colegio para ayudar a sus compañeros, apunta que las diferencias en el uso de la tecnología en la enseñanza no están solo en si los centros son rurales o urbanos, que la digitalización está llegando a todos los rincones, como observa en Ávila: «Depende de la pasión de los docentes y de las ganas que tengan de enseñar» porque, «muchas veces, hay centros que cuentan con unos materiales increíbles y que hacen mucho menos con ellos que los CRAS que son pequeñitos».