Sortu, la formación mayoritaria de Bildu, ha celebrado esta libramiento a través de una publicación en la red social X (antiguamente Twitter). Este es el mensaje: “Gorka Loran y Gari Arruarte de Hernani han quedado hoy en soltura tras cumplir 20 primaveras de prisión. ¡Hasta que todos estén en casa!”.
El intento de atentado
ETA pretendía hacer pirarse por los aires un tren que un día antiguamente por la mañana cubrió el trayecto Irún-Madrid. La intención ara imitar el impacto que tiene la crisis de un coche explosivo en un aparcamiento. Es una técnica que causa existencias devastadores y que la ordenamiento terrorista ya había empleado antiguamente, en el caso del atentado en el Hipercor de Barcelona.
El 24 de diciembre, cerca de el medio al mediodía, el ex ministro del Interior Serafín Acebes informó 50 kilos de explosivo estallarían en el interior de un tren que tenía previsto datar a la temporada de Chamartín a las 15:15 horas de ese día. Positivamente, la crisis estaba programada cuarenta minutos posteriormente, a las 15:55 horas.
En el momento del anuncio, el ministro aseguró que el terrorista Gorka Loran ya había sido detenido en Hernani. Informó de que este había colocado en el interior del tren un artefacto con más de 20 kilos de dinamita titadine perspicaz para detonar. El otro arrestado, Garikoitz Arruarte, tenía previsto hacer lo mismo, pero fue detenido en las proximidades de la temporada de trenes de San Sebastián.
Dos agentes de la Gendarme Civil se había cruzado en el camino de los terroristas, sospecharon de un coche ocupado por dos hombres en el kilómetro 38 de la carretera de La Coruña, a la importancia de Collado Villalba. En ese conferencia, el urbano agente Antonio Molina falleció oportuno al intercambio de disparos con los terroristas. Pero, aun así, los terroristas fueron detenidos.
2.775 primaveras de mazmorra
La Audiencia condenó a cada uno de ellos a 2.775 primaveras de mazmorra por los siguientes motivos: pertenencia a manada armada, 184 homicidios terroristas en límite de tentativa (por los 180 pasajeros y cuatro empleados de Renfe que iban en el convoy), un delito continuado de daños (por dos bombas que colocaron en la cuerda férrea Zaragoza-Logroño, que explotó, y en la de Zaragoza-Lérida, que fue desactivada) y otro de tenencia ilícita de armas. Encima, tuvieron que indemnizar a Renfe con 62.402,89 euros.
En julio de este año lograron obtener la soltura condicional, por lo que abandonaron las cárceles de Martutene y Zaballa, donde cumplían condena. No pidieron perdón a las víctimas.