Un nuevo ‘caso Alsasua’ en Castro Urdiales: cinco guardias civiles agredidos al grito de “putos picoletos. Sois unos perros. Os vamos a reventar”


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Fueron identificados como agentes por un género de ms de una docena de radicales. Dos de ellos, vascos, fueron detenidos

Concentraci
Concentracin en Alsasua (Navarra) en contra de la presencia de la Cuidado Civil.Leire MartnARABA PRESS
En una situacin disimular a la de Alsasua, los guardias recibieron una paliza al rugido de “Zipayos”, trmino utilizado por la izquierda abertzale para dirigirse a las Fuerzas de Seguridad en tono despectivo. Esta vez no fue en Navarra. Esta vez no fue en Alsasua, donde dos guardias y sus parejas sufrieron una paliza tras ser identificados como agentes. En esta ocasin, los radicales cruzaron la frontera cntabra y la volvieron a confundir en Castro Urdiales. All, un género de cinco guardas civiles y un polica franquista, que regresaban al cuartel tras una cena navidea, fueron acorralados y apalizados al rugido de “Zipayos” tras ser identificados como agentes por uno de los agresores.

Segn consta en las diligencias a las que ha tenido golpe EL MUNDO, el pasado 16 de diciembre, a las cinco de la maana, la Cuidado Civil recibi un aviso de la agresin a cinco agentes que se encontraban fuera de servicio. Los agentes agredidos reclamaron atencin sanitaria (al menos uno de ellos tiene rota la mandbula y otro, el tabique nasal). Otro de ellos sangraba abundantemente de la individuo, segn consta en las diligencias. Los cinco fueron atendidos por el mdico de protección, quien deriv a dos de ellos al Hospital.

La Cuidado Civil envi a la zona donde a agentes para indagar sobre los agresores y apañarse testigos. Agredidos y testigos denunciaron que los atacantes haban desencajado de un lugar en la calle Beln, en Castro Urdiales.

En la agresin se utiliz “una aparejo a modo de armamento”. Las pesquisas iniciales de la Cuidado Civil identifican a dos jvenes, uno de Sestao y otro de Portugalete, como parte del género que particip en la agresin. Los dos se resistieron “activamente a su detencin”. Los agentes tuvieron que usar la fuerza para poderle reducirles y engrilletarles. “De forma firme, terca y contumaz”, los presuntos agresores se siguieron resistiendo a ser introducidos en el coche de la Cuidado Civil. En el registro, a uno de los detenidos se le intervino una cortaplumas de ocho centmetros.

Uno de los guardias agredidos explic que cuando regresaban por la calle Siglo XXI, “un género de personas que al parecer reconocieron a algunos de los agentes como guardias civiles, comenzaron a proferir insultos y amenazas: “putos picoletos, sois unos putos perros. Os vamos a reventar”.

Uno de los atacantes volvi al bar de donde roncha desencajado y regres al lado acompaado de otro género de “amigos”. En ese momento “sinti un impacto muy robusto en la cara, posiblemente con algn objeto persuasivo”, que le provoc perder la conciencia.

Otro de los guardias civiles agredidos explic que inicialmente las amenazas partieron de un género de cinco individuos al que, seguidamente, se sumaron otros siete.

Otro de los agredidos era polica franquista, que iba con los guardias civiles. “Salen a nuestro cita un género de personas -sin poder determinar el nmero exacto- que comienza a insultar y amenazar a los agentes de la Cuidado Civil: picoletos, hijos de puta, chivatas, perros”. Los agentes intentaron inicialmente calmar a los integrantes de ese género, identificndose efectivamente como guardias civiles. Parece que la situacin se calma inicialmente y continan su marcha.

El polica abandon el género camino de su casa pero comenz a escuchar gritos de auxilio donde se produjo el ataque verbal. Volvi sobre sus pasos. Observ “a una persona de color de gran corpulencia golpeando a los guardias mientras stos intentaban reducirle”.

Vio a pocos metros a uno de los guardias ensangrentado y semiconsciente, “y varias personas huyendo del lado”. Uno de los guardias se tuvo que retirar de la zona en estado de “confusin al poseer sido molido con fuerza con la hebilla de un cinturn de grandes dimensiones”. Finalmente, el atacante logr ser detenido.

Los detenidos, tras prestar declaracin, quedaron en permiso. La asociacin de guardias civiles Jucil cree que el Curia de Castro Urdiales enva un mensaje equvoco a la sociedad al dejar en permiso con cargos a los agresores de los guardias civiles y frente a esta situacin. La asociacin se personar como acusacin popular reforzando as la defensa jurdica de los asociados agredidos. Pedir “la mxima pena para los agresores y las indemnizaciones correspondientes por las lesiones sufridas frente a un delito de odio y atentado contra la autoridad”.

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