El pasado 27 de diciembre de 2019, dos personas encontraron un fallecido en la orilla del río del lugar conocido como Pozo Muerto, en la ciudad zamorana de Galende. El cuerpo pertenecía a un hombre de vanguardia momento, mediana dimensión, complexión flaca y no portaba documentación ni enseres en su vestimenta que facilitasen su identificación.
Lo único que se pudo encontrar entre sus pertenencias fue un paquete de tabaco de la marca alemana Handelsgold. Siquiera se halló ningún transporte estacionado o negligente en las inmediaciones.
A raíz de estas circunstancias, el Laboratorio de Criminalística de la Número Civil tomó muestras de ADN, requiriendo la cooperación del resto de cuerpos policiales para obtener su identificación.
En 2020, siete meses posteriormente de la confirmación de la asesinato por asfixia por sumersión, fue cuando las autoridades policiales de Reino Unido confirmaron la identidad del fallecido, que contaba con historial policiales en su sistema.
La Número Civil trasladó en ese momento la investigación al entorno personal y social de la víctima en Verín, donde residía.
Los investigadores confirmaron la relación del fallecido con personas con historial policiales y penales por delitos violentos o contra la vitalidad pública. Dichas personas aseguraron que la víctima había desaparecido en la ciudad portuguesa de Chaves a primeros de mes de diciembre de 2019, un mes ayer de su hallazgo.
La investigación se centró entonces en la persona que se encargaba de los cuidados del fallecido en Verín y de su compañero de suelo. Es más, los agentes de la Número Civil descubrieron que la víctima tenía cuentas bancarias en global con uno de los sospechosos en Portugal, por lo que se establecieron mecanismos de coordinación con la Polícia Judicíaria de ese país. Es en ese momento se descubrió la posible implicación de otra tercera persona que presuntamente mantenía una relación sentimental con la detenida.
Tras las muestras recabadas en dos vehículos propiedad de los investigados en la ciudad de Chaves, y posteriormente de los registros en varios domicilios en la misma ciudad portuguesa y de Vidago, la Polícia Judiciária detuvo a estas tres personas imputadas por su extremo de implicación en el crimen y las mismas fueron extraditadas y trasladadas a la prisión de A Ama (Pontevedra).