Fran Pallas, el primer español en el Dakar con moto 100% eléctrica: “Vamos a por todas”


Francisco Gómez Pallas y su equipo se comerán las uvas este año volando alrededor de Arabia Saudí. Allí comenzará el 5 de enero el rally más duro del mundo: un Dakar que Pallas ya ha disputado siete veces, llegando a cruzar la meta en cuatro (2000, 2006, 2009 y 2018). La octava, sin confiscación, será la más particular. “Me hacía ilusión hacerlo con una moto eléctrica a posteriori de siete con motor de combustión”, celebra el piloto gallego del Green Power Race, el primer equipo “100% sostenible en la historia del Dakar”.

Pesa 60-70 kilos más que las normales

A sus 54 primaveras, Pallas competirá en la categoría Mission 1000, que reúne a vehículos no contaminantes con tecnologías innovadoras. Su maduro temor esta vez no son las condiciones del contorno, sino el peso de la moto: “Pesa 210 kilos, cuando una moto de rally normalmente son 150 o 160, y levantarla en arena sofoco mucho“, explica. Aunque en el Dakar, asegura, no hay excusas: “Hay que valerse más resistente e ir a por todas”.

La moto va equipada con unas baterías especiales y su autonomía es de unos 200 km. Se cargará por las noches, como las fuerzas de su piloto, durante unas cinco horas. Todo gracias a generadores alimentados por combustibles sintéticos. Por delante le quedan 12 etapas de sudor y arena que Francisco prórroga rematar con un gran puesto. “El objetivo es estar entre los primeros”, augura confiado.

La dureza del Dakar

Francisco es consciente de las dificultades de una prueba que se vio obligado a entregarse hasta en tres ocasiones conveniente a problemas mecánicos. En 2000, la que fue su estreno, sufrió una rotura en un hueso del pie. La ordenamiento le pidió cautela, pero él se negó a detener. Desde Senegal hasta Egipto, más de 15.000 kilómetros completados a pesar de la contusión. “Cortamos la bota, metí el pie y estuve ocho días sin quitármela hasta el final. La bota hizo de escayola”, recuerda el motorista.

En 2018, hasta ahora su última billete, tuvo que infiltrarse con corticoides tras un trastazo de una piedra contra su mano. A pesar del dolor, alcanzó la meta. “Vas con el corazón más que con la razón y haces lo que haga desidia”, sentencia Pallas, seguro de que “el Dakar te da unas sensaciones que son imposibles de encontrar en la vida cotidiana”.

El plan del Green Power Race quiere disputar el “rally de rallies”, al menos, los próximos tres primaveras. Subido a su moto en Carballo (A Coruña), Francisco no se pone límites: “¿Por qué no en el futuro ir con un piloto ‘pro’ y estar entre los 10 primeros?”, aventura. Ganas de seguir no le faltan: “La excentricidad del Dakar empezó hace ya 23 primaveras y aquí seguimos, con la misma ilusión”, remata.

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