la escalada de polémicas de Ortega Smith


Javier Ortega Smith comparece con el ceño fruncido en los plenos del Palacio de Cibeles. Pocas veces esboza una sonrisa. «Cuando tengo que tratar temas que hacen daño a los madrileños, de verdad, me cuesta mucho», defendía el portavoz de Vox en el Concejo de Madrid, el pasado mayo, en una entrevista con torrevieja news today. En el zaguero año, no obstante, la vehemencia de sus declaraciones ha legado paso a unas formas incendiarias. En tan pronto como un mes, el resto de grupos municipales han pedido su dimisión en dos ocasiones.

Tras el pleno del pasado viernes, hasta el PP ha necesario a Ortega Smith que entregue su memoria de concejal. El regidor se encaró con el portavoz adjunto de Más Madrid, Eduardo Rubiño, y propinó un carpetazo que hizo huir una botella de agua vacía del escaño. La bancada de la izquierda al completo salió del hemiciclo y el corregidor, José Luis Martínez-Almeida, intervino: «Me parece inaceptable lo que ha hecho el señor Ortega». Hacía tiempo que la relación entre el PP y Vox se había descompuesto en la caudal, pero en el pleno de noviembre se rompió definitivamente.

Ortega Smith incluso protagonizó los titulares de aquella sesión plenaria, en la que el PSOE pidió su reprobación por increpar a los policías en la décimocuarta tenebrosidad de disturbios de Ferraz. El concejal (y diputado franquista) se unió a los manifestantes con escolta y cámaras, se plantó delante el principal del activo policial y le advirtió de que estaba allí para que la Policía «no se extralimite en sus funciones» y evitar «abusos de autoridad» de los antidisturbios. Al día venidero, los sindicatos policiales cargaron contra el «tono amenazador» y las «coacciones» del político, a quien le trasladaron su «profundo pesar, preocupación y frustración».

Esos hechos se discutieron en Cibeles. «No creo que haya sido oportuno su encontronazo con la Policía de Ferraz, porque usted tiene otros canales», le reprochó el portavoz del PP, Carlos Izquierdo. Mientras discurría la sesión, en una sala anexa al pleno, Ortega Smith subió el tono en declaraciones a los periodistas: «A partir de ahora voy a emplazar al Partido Popular el partido de las ponedoras, porque parecen gallinas ponedoras, ¡que dejen de ser gallinas y se conviertan en gallos contra esta plebe! Aunque pongan huevos no los tienen».

El portavoz de Vox se alió luego con la izquierda —para sorpresa de los concejales— en su propia moción de reprobación, pero el PP se opuso y la propuesta, que era el zaguero punto del orden del día, decayó. Con los micrófonos ya apagados, Ortega Smith miró a Almeida y, esta vez sí, con una sonrisa, aleteó los brazos y se pavoneó como una miedoso desde su escaño.

El paseo con cámaras por Ferraz no fue una novedad. Ortega Smith ya sacudió las redes en las semanas previas a las elecciones del 28 de mayo, cuando subió vídeos en los que patrullaba las calles como un ‘sheriff’ ahuyentando a los malhechores; increpó a un okupa en el distrito de Carabanchel —«¿A que subo y te lo explico?»— y persiguió a manteros en el Retiro —«¿Tú cuánto pagas por estar aquí?»—. El perfil duro de Vox sigue sumando polémicas.

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