El trajín es tremendo, Mari Nieves enciende el fuego de la cocina y comienza a poner los calderos. “¡Venga chicas! Vamos con todo, los calderos al fuego que hay que tenerlo todo despierto para esta perplejidad”. Nos cuenta que ha hecho un caldo casero, y el bacalao ya lo tiene casi despierto, solo descuido le descuido el majado de ajos, pimientos, perejil y cebolla. Comienza a machacar todo mientras canta un villancico.
A su costado, Juan, el marido. Ya ha encendido las brazas de la grill. “El fuego tiene que estar en su punto de azotaina para que el asado quede bueno”¡”, nos comenta mientras aviva el fuego y comienza a trocear una enorme pata de repugnante.
El resto de la clan se ocupa de los postres y aperitivos en la mesa que tienen pegado al árbol de Navidad. “El dulce no puede evitar en estas fiestas: turrones, polvorones, pasas y almendras”, apunta con alegría Mari Nieves.
Y cuando ya está todo más o menos encarrilado, es hora de colgar el delantal para descansar un rato antaño de que el resto de invitados lleguen a casa. Los olores del guiso y de la carne a la brasa ya comienza a impregnar no solo la casa, asimismo la calle del judería. La clan Luis González deja encendido el fuego del estufa mientras nos desean a todos ¡Eficaz Navidad!