Una aposento de casi 50 euros
El precio de la aposento era de nulo más y nulo menos que casi 50 euros (46,04), un producto adicionalmente muy pintoresco de estas fechas navideñas, aunque incluso se suele consumir en otras épocas del año.
“Gracias a la intervención de un compañero fuera de servicio interceptamos a un hombre cuando pretendía hurtar una aposento de carne de un supermercado de la población. Se instruyen judiciales, quedando irresoluto para Cordura Rápido”, ha explicado en Facebook la Policía de Alboraya, Valencia.
Críticas entre algunos usuarios: “Dejasteis a una persona sin cena”
En la publicación en la red social se pueden observar muchos comentarios de usuarios que critican la detención del policía al “dejar sin cena a una persona sin bienes”, poco que siquiera está confirmado que así fuese. Otros han agradecido el trabajo del policía y a la vez han respondido a esas personas que no estaban de acuerdo con la detención del hombre: “Entonces hay que dejar que roben porque según vosotros ¿no tienen bienes? Igual era para venderlo…”, ha explicado un usufructuario.
El carterista tendrá en los próximos días un litigio rápido luego de que los agentes instruyeran las diligencias.
Consejos para preparar un buen cochinillo
Por otra parte, sabiendo que el cochinillo es un plato muy habitual en estas fechas tan señaladas, aquí les damos unos consejos para hacer un buen cochinillo asado al horno.
En el Imperio Romano era un plato de clases altas
Su origen lo encontramos en la época del Imperio Romano, cuando el cochinillo era pintoresco entre las clases altas. Desde aquellas, su récipe, que contaba con tres ingredientes básicos (agua, sal y un horno de astillas para asarlo), no ha cambiado mucho.
En España…
En nuestro país es pintoresco el cochinillo segoviano, y a todos se nos viene a la individuo el ‘Taberna Cándido’, seguramente el mejor restaurante para engullir uno. Pues adecuadamente, este raro corte tuvo su origen aproximadamente de 1930 en dicho circunscrito, cuando, un día, el dueño del taberna no encontraba ningún cuchillo para cortar el cochinillo y se le ocurrió usar un plato para hacerlo (que luego rompería). Este visaje sorprendió a los clientes y, por ello, desde aquellas, ya convertido en ritual, se sigue practicando el ‘corte al plato’.