Band-e-Amir es un parque muy frecuentado por familias afganas. Se convirtió en el primer parque nacional del país en 2009 y atrae a miles de visitantes cada año. para el ministro Mohammed Khalid Hanafi, “el turismo no es una obligación para las mujeres”. Pero son numerosas las voces que se han alzado para denunciar la prohibición. Entre ellos, el de la exdiputada afgana Mariam Solaimankhil, con un contundente mensaje en las redes sociales “volveremos, estoy segura”.
“No contentos con privar a las niñas y a las mujeres de la educación, el empleo y la libre circulación, los talibanes también quieren quitarles los parques y los deportes y ahora incluso la naturaleza”, denuncia la directora adjunta para los derechos de la mujer de la Observador de derechos humanos Heather Barr. “Paso a paso, los muros se cierran sobre las mujeres y cada hogar se convierte en una prisión”.
Desde que llegaron al poder, los talibanes han restringido por la fuerza la libertad de las mujeres: impidieron que las niñas tuvieran acceso a educación Secundaria y de mujeres a universidad e institucionescomo las ONG.
Hace unos meses ordenaron el Cierre de salones de belleza y peluquerías. “Mi marido está desempleado y este salón de belleza es la única fuente de ingresos para alimentar a mi familia. Tengo cuatro hijos, necesitan ropa, comida y pagan la matrícula escolar”, se queja una mujer propietaria de una peluquería.
Varias organizaciones trabajan diariamente para que las condiciones de las mujeres puedan mejorar. El ONG Mujeres Afganas Fuertes ha pedido a la comunidad internacional que utilice sus plataformas de retransmisión para contar lo que está pasando y donar a organizaciones benéficas que ayuden a afganos, inmigrantes y refugiados.