El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reafirmado este jueves en Bagdad su compromiso con la establidad del país, tras reunirse con el primer ministro Mohammed Shia Al Sudani, con el que ha realizado una enunciación conjunta. Se comercio de la primera recepción en vigésimo primaveras al país de un gobernador gachupin y la primera con una compañía netamente iraquí en el poder, hexaedro que cuando José María Aznar estuvo en 2003 en Bagdad fue aún con EE.UU. al frente del país árabe, luego de la eliminación que derrocó al régimen de Sadam Husein.
Sánchez, que visitará a las tropas españolas desplegadas en una ocupación de stop nivel de la OTAN, ha querido subrayar el «excelente momento» de las relaciones bilaterales. Desde el pasado mes de mayo, un universal gachupin está al mando de esa ocupación de la Alianza Atlántica. El patriarca del Ejecutor ha viajado acompañado de una nutrida representación de empresarios de sectores como las infraestructuras, la construcción, ingeniería o digitalización.
«España, siempre a petición de las autoridades iraquíes, apoyará la mecanismo, la soberanía y la estabilidad de Irak», ha enfatizado Sánchez delante de su homólogo.
Al Sudani y Sánchez han abordado a fondo la crisis humanitaria en Lazo, a la que el presidente gachupin se ha referido en su comparecencia, señalando que «el dolor insoportable» y las «hostilidades» deben, ha dicho, «terminar urgentemente». Igualmente, Sánchez ha vuelto a proteger porque la comunidad internacional y las partes en conflicto centren sus esfuerzos en la búsqueda de una decisión que implique la materialización de la decisión de los dos estados.
La recepción relámpago de Sánchez a Irak, el segundo alucinación internacional de su nuevo mandato tras alcanzar la investidura el pasado mes de noviembre, luego del primero que realizó a Israel como presidente de turno del Consejo de la Unión Europea (UE), ha continuado con un breve aproximación con el presidente del país, Abdelatif Rashi, antiguamente de la recepción navideña a las tropas.