La huida en dirección a delante de Pedro Sánchez en su afán por perseverar el poder en La Moncloa ha atravesado este jueves una nueva vírgula roja. Otro cambio de opinión. Porque donde el PSOE decía que no iba a pactar nunca falta con Bildu, ha pactado. Acuerdo para entregar el Consistorio de Pamplona a los herederos del remo político de ETA. Concesión que arrebata el cayado de mando a la regionalista Cristina Ibarrola (UPN) para entregárselo a Joseba Asirón, que gobernará en coalición con Geroa Bai y Contigo-Zurekin, y con el apoyo necesario del Partido Socialista de Navarra (PSN).
No es la primera ocasión que EH Bildu dirige el consistorio más importante de la comunidad foral, donde ya gobernó entre 2015 y 2019. La novedad ahora en Pamplona radica en la forma en la que los de Otegi aterrizan en el poder, acunados por el PSOE. Un acuerdo inesperado, pues tras las elecciones su candidata y ahora ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, se cansó de asegurar que no iban a hacer corregidor a Asirón. No es no, pero no para siempre. Porque esa negativa se tornó en indisposición hace unos días y se ha escenificado este jueves en el Consistorio de Pamplona.
Allí, en un Pleno tenso, incluido un enfrentamiento dialéctico entre el presidente de la Mesa de Tiempo, Koldo Martínez, y la portavoz de UPN, María Digno, el PSOE ha consumado su cambio de opinión. La «traición», como la denominó la alcaldesa saliente, Cristina Ibarrola. Los votos de los socialistas, unidos a los de Geroa Bai (PNV) y Contigo-Zurekin (Podemos), han hecho corregidor de Pamplona a Joseba Asirón, quien optó por no tomar la palabra durante la sesión, como siquiera lo hizo el portavoz de su congregación. Silencio. «No hablan, porque les da vergüenza tener que dar las gracias a Pedro Sánchez y a Madrid. Por eso callan», espetó Carlos García-Adanero, portavoz del PP.
Por su parte, la exalcaldesa, Cristina Ibarrola, aprovechó su intervención para imputar al PSOE de «hacer un regalo a Bildu a cambio de votos». «Estamos frente a un hito histórico, sin precedentes. Un antaño y un a posteriori. Por primera vez el PSOE entrega un comunidad a Bildu por unos votos. Se quita la careta y demuestra que elegir al PSN es lo mismo que elegir Bildu. Luego de la espantada de Saiz, envían a cuatro obedientes marionetas a ejecutar esta traición. Pasarán a la historia por traicionar a Pamplona y a los títulos del PSOE. Es un bodorrio sonrojante, porque dijeron que nunca lo harían. Porque dan el poder a quien tanto daño ha hecho. Todos saben que no hay razones más allá del sillón de Pedro Sánchez», ha espetado.
La votación, sin sorpresas (15 votos a crédito y 11 en contra), ha desembocado en la proclamación de Asirón, jaleado en el Salón de Plenos y todavía en la calle, donde un congregación de seguidores se ha concentrado desde primera hora de la mañana para adjuntar al nuevo corregidor. Alegría y algunos insultos para los concejales de UPN y del PP cuando abandonaban el consistorio. «A fluir».
Tensión que todavía se había vivido durante el Pleno, sobre todo cuando la portavoz socialista, Acuarela Curiel, ha inculpado a UPN de señalarles por apoyar esta moción de censura. «Ustedes nunca han querido calar a acuerdos y ahora nos están señalando. Frente a los insultos, en el PSOE respondemos con trabajo y valentía. El acuerdo con Bildu es transparente y no es un acuerdo de Gobierno», ha afirmado Curiel, al tiempo que ha recordado que el pacto se circunscribe «solo» a Pamplona y a ningún motivo más. No es no. Al menos por ahora.