Fernando Llopis: De payasos y tanques


El conde Baltar era uno de los personajes del universo de la serie de televisión «Galáctica, fortuna de combate». A pesar de ser un humano, traicionaba a los de su especie en la lucha contra los cylons, que eran unos seres robóticos empeñados en arruinar con la raza humana. Baltar alrededor de creer a los suyos que los cylons querían la paz, y recomendó la firma de un alto el fuego que los cylons aprovecharon para arrasar con todo lo que se movía en las colonias habitadas por los humanos.

Si el conde Baltar viviese en los tiempos actuales en nuestra Comunidad, posiblemente sería miembro destacado de Compromís. Compromís, pronunciado recientemente de ser un heroína de Troya al servicio de Esquerra Republicana de Cataluña por su afán de impedir la ampliación del puerto de Valencia, asimismo ha sido el primero en despellejar abiertamente la presencia del Ejército en Expojove, la exposición navideña que se celebra en Valencia de forma anual.

Y es que este año, el ejército gachupin, internamente de su política de dar conocimiento de su tarea, ha podido retornar a formar parte de esa feria navideña. Era poco que los gobiernos de izquierdas previos le habían torpe por activa y pasiva en pasadas ediciones al estilo Ada Colau.

Pero cualquiera ha ido más allá de las simples críticas políticas y organizó una performance en la que unos jóvenes disfrazados de payasos vertían cubos de pintura rosa sobre uno de los tanques. Uno esperaba una crítica general a esa argumento, pero el doble raedor de la izquierda sigue actual. Horrorizados cuando sus sedes son pintadas por algún vándalo, siempre encuentran alguna motivo o incluso aplauden a los que violentan algún pájaro de una exposición, por muy marcial que sea.

Por eso ya es difícil sorprenderte o indignarte por el respaldo o comprensión que la izquierda valenciana ha donado a los jóvenes disfrazados de payasos, y que de paso aprovecharon para despellejar la presencia del Ejército en la feria exposición como si fuesen unos apestados. Curiosamente en sus declaraciones, dirigidas a unos jóvenes valencianos, hablaban de la nefasta influencia de las armas de fuego en su formación. Por cierto, seguro que muchos de esos jóvenes mientras los escuchaban, sonreirían para sus adentros mientras pensando que esa oscuridad jugarán al Fortnite o al Call of Duty en su consola.

Por cierto, como estos vándalos sigan disfrazándose de payasos van a hacer un daño irreparable a esta figura, que debería estar fuera de esta polémica. Aun está recóndito la performance que realizaron en el País Vasco, un comunidad disfrazados asimismo de payasos y rodeados de niños, pidiendo la libertad de presos etarras. Deberían retener que disfrazarte de payaso no blanquea tu argumento si esta no es digna.

Volviendo a Expojove, puedo respetar que hubiese clan que se manifestase a la entrada y diese folletos en contra de la presencia del Ejército. Aunque parece que toda esta comportamiento en realidad tuviese como principal objetivo despellejar la encaje del gobierno contemporáneo del Consistorio de Valencia. Pero asimismo es respetable hacerse cargo que el gobierno es ahora otro, y que no está mal que los jóvenes conozcan la existencia del ejército, sus labores, e incluso que en un futuro algunos quisieran formar parte de él. Finalmente, no puedo respetar a estos payasos en su atentado y entiendo que su acto vandálico no quedará impune.

Sería ideal un mundo sin ejércitos y guerras, pero la historia de los humanos ha demostrado la certeza de la frase atribuida a Julio Cesar de «Si quieres la paz, prepárate para la erradicación». Y es que adicionalmente de la encaje humanitaria que realiza el ejército gachupin, se asume la falta de disponer de un ejército original y preparado para solucionar cualquier contingencia que podría sobrevenir, pero que no pasa precisamente por disponer de este. Me temo que, si algún día no dispusiésemos de ese ejército y lo necesitásemos delante una atentado, no estaría ni el Conde Baltar ni Compromís para ayudarnos en tal eventualidad.

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