Una doble estafa telefónica nunca antes vista por la Policía saquea más de 25.000 euros a una coruñesa


Patricia Abet

Isabel reside en el centro de La Coruña y está jubilada. El pasado 29 de noviembre recibió una convocatoria de su compañía de teléfono para ofrecerle una mejoramiento en su anuencia, un descuento del 20 por ciento durante un año, del que ella, de entrada, receló. «Les dije que no porque no tenía constancia de que fuesen efectivamente de Movistar y con la cantidad de estafas de las que se sabe hoy en día…» reconoce en una conversación con torrevieja news today en la que lamenta que 45 minutos a posteriori la acabaron «llevando al huerto». En presencia de su desconfianza, «me hicieron una demostración de toda la información que tenían sobre mi historial en la compañía, lo sabían todo sobre mi vida, hasta el punto de enviarme por whatsapp información con el logotipo correspondiente» explica. Entonces accedió a darles su número de plástico para que le cargasen 10 euros por un remisión postal y la mandaron apagar el móvil. Cuando lo encendió, empezaron a lloverle los cargos: tres bizums, otros movimientos por valía de 2.000 euros y una retirada de casi 600. «Me di cuenta de que me estaban estafando y se lo dije a mi interlocutor, lo llamé atracador y él me dijo que no me escuchaba aceptablemente y cortó la conexión».

En los siguientes segundos, y casi sin ganancia de maniobra, Isabel recibió una segunda convocatoria. Era de su asiento, Bankinter, «de una señora con voz suave y española que me dijo que llamaba del unidad de fraudes porque habían detectado una sucesión de extraños movimientos en mi cuenta y podrían ser fraudulentos». «Ahí —recuerda— se me abrió el firmamento al sentirme amparada por mi asiento». Pero ausencia más remotamente de la verdad. Isabel estaba a punto de ser víctima de una sofisticada estafa que consiste en seguir timando cuando la persona se sabe ya víctima de un fraude y examen ayuda. «Durante una extensa conversación con esta señora, de más de dos horas, me garantizó que había conseguido detener todos los cargos, me leyó el saldo de mi cuenta y me dijo que no hacía desliz que fuese al día futuro a mi asiento porque ya estaba todo arreglado». Tras el susto, Isabel se relajó pero haciendo caso omiso a lo que la supuesta empleada del asiento le había indicado, al día futuro esperó a que la sucursal abriese para comprobar que todo estaba en orden. «Allí fui consciente del doble simulación, de que no me habían cancelado ausencia y de los cargos escandalosos que me habían hecho» cuenta.

El desfalco, que denunció a los pocos minutos en la Policía, ascendió a 23.000 euros repartidos en 8 cheques de Amazon por valencia de 10.000 euros, tres bizums por 2.000, 4 cargos de viajes a El Corte Inglés por más de 7.000 euros y varios recibos y retiradas de su cuenta corriente y de la de su marido. Un mes a posteriori de presentar la denuncia y poner el caso en manos de un abogado, Isabel sigue sin noticiario de sus estafadores y no ha recuperado ausencia del boleto perdido.

Reprocha que el seguro de su asiento no se haga cargo de la situación y que, pese a la premura con la que advirtió de lo sucedido, ni Amazon ni otras grandes compañías implicadas hubiesen maniobrado para frenar la operación. «Solo Caixabank me hizo un retroceso de un cuota en la Fnac» afea. «Los estafadores lo tienen todo muy controlado y juegan con tus emociones» insiste el mismo día en que su asiento le ha notificado un nuevo cargo por valencia de 1.200 euros y con la duda de si en los próximos días le podrán demorar más pagos porque su cuenta está bloqueada y aún no ha podido ceder al extracto bancario. «Me han legado las Navidades. Vivo presa del miedo».


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