La última averiguación estructural a hogares, divulgada el viernes por el Instituto Galego de Estatística (IGE), permite dimensionar de forma muy gráfica el problema de la escasez de vivienda en Santiago. El apunte del pago medio mensual en hipotecas es revelador. Mientras la media autonómica se sitúa en 429,34 euros, en la renta se va hasta los 525,23; prácticamente 100 euros más al mes, unos 1.200 al promontorio del año.
De las siete ciudades, sólo en la compostelana se rebasan los 500 euros dedicados cada mes a afrontar una hipoteca. La venidero, Vigo, se queda casi 50 por debajo, con 476,3. Y no muy por encima de la media autonómica aparecen las dos siguientes: Pontevedra, con 439,52; y La Coruña, con 435,53. El brinco con respecto a Santiago es bonito. En el otro extremo, Ferrol: 406,38 euros. Que presenta, encima, el porcentaje más bajo de hogares que deben fertilizar cada mes al cárcel por una vivienda en propiedad, con un 13,66%, seguida de Orense, con un 14,26%. La media gallega está en el 15,71%. Las restantes urbes se sitúan por encima, con el tope en propiedad de Pontevedra: dos de cada diez hogares (20,36%) pagan hipoteca. En Santiago herido al 16,53%.
En el caso del arrendamiento de la vivienda principal —que supera sutilmente, en términos relativos, a las hipotecas, con un 15,94%—, el atlas se modifica. Aquí es Vigo la que presenta los precios más altos, 444,52 euros al mes, cuando la media gallega se ubica en 377,72. Casi 70 euros de diferencia, más de 800 cada año. No le va a la trasera La Coruña, con 431,98; aquí, de media, la diferencia entre fertilizar un arrendamiento y una hipoteca es casi inexistente, con poco más de tres euros de diferencia. De nuevo Ferrol presenta el pago más bajo, con 294,29 euros mensuales. Pero en esta ocasión no es la capital donde se da el beocio porcentaje de hogares adscritos a esta modalidad: le corresponde a Lugo, con un 20,77%. En la ciudad amurallada, encima, se registra la situación más pareja entre una y otra fórmula, con Pontevedra prácticamente en el mismo nivel; en entreambos casos, poco más de dos puntos porcentuales separan los hogares con arrendamiento de vivienda principal de los que pagan hipoteca. En el banda opuesto, con saltos de 12 puntos, lo que inclina claramente la romana del banda de los alquileres. En todas las ciudades se sitúan por encima los arrendamientos.
A la hora de afrontar estos y otros gastos, los hogares con más músculo financiero se encuentran, de nuevo, en Santiago, con 2.941 euros de ingresos al mes. Y, una vez más, Ferrol representa la otra cara de la moneda: 2.300 euros, 641 menos —que al promontorio de un año rozan los 7.700—. La renta es incluso, con diferencia, la que alberga los hogares más pudientes: un 24,07% ingresan más de 4.000 euros al mes. Más del doble que en Ferrol (10,22%); que, a su vez, lidera el apartado de los menos acaudalados, con un 17,95% que no rebasan los 1.000 euros. La dicotomía persiste al analizar la estructura de los ingresos: en Ferrol casi nada el 50,9% proceden del trabajo, con las prestaciones casi a la par: 46,53%. En Santiago, tres de cada cuatro ingresan por trabajo (73,64%).
Las dos Galicias
En los 1,075 millones de hogares que existían en Galicia el 31 de diciembre de 2022, la tipología más habitual seguía siendo la clásica: pareja con hijos, 30,68%. Pero cae a poco más del 26% en las provincias de Lugo y Orense. Ésta, a su vez, es la que presenta el apunte más stop de hogares unipersonales (24,18%) y con personas de más de 65 primaveras (29,58%). Su reverso, Pontevedra. No sólo por su 20,85% de hogares con mayores, sino por el 23,3% con menores de 16 (sólo un 16,5% en Orense).
Mientras, a nivel gallego, los hogares sénior casi nada aumentaron (de 23,58% a 23,64%) frente a 2021, y con menores de cinco cayeron del 6,93 al 6,47%. La provincia de Orense marcó el fondo: un 4,95%. En el dominio de O Carballiño, los hogares con mayores se disparan al 34,71%. La de Vigo presenta el mejor apunte de menores de 16: 24,22%. Las dos Galicias.