«Ya hago poco, estoy muy mayor»


No tiene correo electrónico, cuenta de WhatsApp ni redes sociales. Cuando concursa envía sus obras por carta y recurre a amigos, aunque antes acudió a una librería de Albacete que acaba de cerrar para que se la enviaran. Manuel Terrín Benavides es considerado el escritor de 92 años más premiado en lengua española con 2.051 premios. “Eso dicen; Será porque han hecho averiguaciones y no han encontrado a nadie con más», cuenta a torrevieja news today por teléfono mientras al otro lado de la línea se escucha la televisión a todo volumen.

El último lo consiguió hace unos días en la pequeña localidad toledana de Castillo de Bayuela con su obra ‘Rosa de Silencio’, premiada en la XII edición del Premio Deza de Poesía. “Esto de ganar premios ya lo tomo como algo normal”bromea Terrín, quien enumera que es autor de 29 libros de poesía, tres de cuentos y cinco antologías (recopilaciones) con sus versos.

Miembro de la Real Academia de Ciencias, Bellas Artes y Buenas Letras Luis Vélez de Guevara de Écija, en Sevilla, la Academia de Lleida le nombró ‘Mestre en Gai Saber’, título honorífico con el que el ganador de tres premios ordinarios de la Floral Juegos de Barcelona.

A 800 kilómetros de Barcelona por carretera, nació Manuel Terrin. Cordobés de Montoro, reside en Albacete desde hace muchos años. Fue capitán de electrónica aeronáutica en el Ejército del Aire, en la base de Los Llanos, donde sus compañeros siempre le animaron a componer. “Nunca se opusieron” gracias a un hombre que pasó a la reserva temporal a los 55 años y, de ahí, a la jubilación.

Afirma que ya no tiene “casi” ganas de escribir, pero “dejarlo de repente no es bueno porque sientes un vacío”, se justifica este escritor fascinado por la poesía. “No sé por qué; uno nace así. Mi familia es del campo, campesina, y muchos de ellos no sabían leer ni escribir. No proviene de la tradición familiar. El caso es que me gustaba la poesía durante la primaria, un día entré a un concurso, lo gané y me entusiasmó”, explica el escritor.

Primero

Dice que los versos de Jorge Manrique lo cautivaron porque le “transmitían mucho sentimiento”, e incluso cambiaron su visión de la vida. “Luego vinieron otros autores porque a mí me gusta leer”, continúa Manuel, que “clásico” está definido y también cita a “don” Antonio Machado, aunque señala que su paladar ha ido cambiando con el tiempo.

En Cádiz obtuvo su primer premio con un soneto, del que no recuerda el título porque “ya hay tantas obras que uno se olvida”. Ocurrió hace medio siglo y desde entonces ha ido sumando premios que superan los 2.000. En sus obras refleja las situaciones que ha sentido en su larga vida, dándole un estilo propio gracias a sus musas, que generalmente le han visitado por la mañana, aunque en ocasiones le han regalado calabazas. Recuerda, por ejemplo, cómo se propuso crear una novela, pero se aburrió cuando tenía siete páginas. No le entusiasmaba lo que contaba: “No podía seguir”. Entonces lo convirtió en una historia y, por supuesto, ganó un concurso.

Sin embargo, a este prolífico autor se le han revocado sus premios porque algunas de sus obras habían sido premiadas en otros certámenes. “Me han quitado más de uno”, aclara un nonagenario que siempre ha utilizado a sus conocidos para mantenerse al día de los concursos. «Al no tener internet, saco las bases como puedo. Me los envía un amigo, otro los saca de una lista y me los envía o me los regala tomando un café». Es el caso de Juan Lorenzo Collado, que también está nominado a premios y que “ya tiene unos 500”.

81 premios en el mismo año

Manuel siempre usó una máquina de escribir hasta que finalmente se estropeó hace dos o tres años, “porque todo tiene su fin”, y luego comenzó a componer con lápiz y papel. Luego llevaba sus creaciones a la librería que acaba de cerrar o a un amigo para que le hiciera el favor de pasarlas al ordenador para enviarlas a concursos.

Ha participado en tantos concursos que en ocasiones ha enviado por error el mismo trabajo a varios. Relata, como ejemplo, que en 1985 estuvo a punto de volverse loco porque recibió 81 premios. «A veces piensas que no has sido premiado y resulta que sí. Por tanto, es muy difícil realizar un seguimiento. Además, a veces fracasan mucho después y ese trabajo premiado ya lo has presentado en otro concurso donde también te premian», explica. Aunque sentencia que nunca ha habido mala fe por su parte. Sin embargo, dice que Tiene su club de hatersla Asociación de Víctimas de Terrín (ADT), que “me ha hecho mucho daño e investiga todo lo que publico”.

No pasa por alto la escasa cuantía de muchos premios, como aquel en el que le dieron 50 euros. “No fui a recogerlo porque me costaba mucho más viajar y al final me lo quitaron”, sonríe el autor, que no viajó al Castillo de Bayuela, donde le premiaron con 250 euros. Pero No lo hizo por un motivo más personal, ya que su esposa, Joaquina, está siendo operada de cáncer. Y Manuel también pone encima de la mesa que lleva mucho tiempo encaneciendo, por lo que no conduce desde el 30 de junio, cuando cumplió 92 años. A esta edad, es el escritor en lengua española más premiado con 2.051 premios. , a menos que alguien se atreva a refutar lo contrario.

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