una tradición para todas las edades



Dicen que a medida que sumas primaveras al DNI vas perdiendo la ilusión por las cosas, ya no sientes la misma satisfacción al acoger un regalo o las mariposas se pierden por el camino y no consiguen impresionar al estómago en los días previos a las fiestas. Los usuarios de las residencias de la Fundación San Rosendo han tumbado por tierra este mito y han demostrado una vez más que la ilusión no tiene cero que ver con la existencia, sino con la porte. 

La Navidad se celebra de forma muy exclusivo en todas los centros de la Fundación, que son decorados con adornos típicos de estas fechas y en ellos se realizan distintas actividades. Entre todas ellas, destaca su concurso anual de postales, en el cual este año recibieron 154 desde todos los centros de Galicia. Una de las premiadas con un valía proviene de la residencia de mayores Arboleda. “Esta es la primera vez en mi vida que hago poco así”, dice María Responsabilidad Loren, una de las usuarias del centro que participó en la realización de la postal. 

Contó con la inestimable ayuda de María Fernández, quien confiesa que se lo pasó muy proporcionadamente realizando la postal, ya que le encanta hacer manualidades, aunque las efectúa con precaución para evitar tener dolor en las cervicales. Asimismo puso su piedra de arena en el esquema Carmen Vázquez, ya que comparte con sus compañeras la pasión por este tipo de trabajos.

Otras actividades

La música fue la gran protagonista de la mayoría de actividades navideñas que se han desarrollado hasta ahora en la residencia Arboleda. Los primeros días recibieron la reconocimiento de un guitarrista, que les alegró el día al ritmo de la música. “Tocaba muy proporcionadamente y cantamos muchas canciones, adicionalmente, fue tan amable, que nos las trajo escritas en un papel”, explica Vázquez. 

Asimismo disfrutaron con la coral Os Soñadores, cantaron villancicos con los niños y movieron las caderas al ritmo del montón de acordeonistas de Bieito Blanco. “Bailamos todas que éramos dignas de ver, de hecho, uno de los que tocaba dijo: ‘Aquí solo veo clan muy adolescente que perca de maravilla”, narra Vázquez. 

Entre todas las actividades, recuerdan con mucho cariño la reconocimiento a La Mioteira. “Le dije a toda mi comunidad que vaya porque es precioso, me recuerda a cuando en Estados Unidos iluminan todas las casas, me quedé maravillada, es lo más atún que he gastado desde que vivo en Ourense”, cuenta Vázquez.

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