Casi una decena de pacientes ya han sido atendidos en la capital gallega, y el último de ellos hoy es intervenido quirúrgicamente. Esta tecnica reduce muy considerablemente la posibilidad de muerte. “La mortalidad en quirófano llegaba antes al 18% y ahora está por debajo del 5%”, afirma el doctor Mosquera.
Tal es el éxito que ya buscan exportarlo a otros hospitales gallegos, La idea es que a finales de 2023 se pueda realizar en más centros comunitarios. La tecnología, advierten, “no es barata”, pero el Servicio Galego de Saúde ha apostado por ella, y los resultados son evidentes: se reduce la mortalidad en quirófano y además, al ser una técnica menos invasiva, Se promueve la recuperación del paciente.
En concreto, la operación comienza con dos punciones en la ingle, desde allí se accede a las arterias femorales y a través de ellas se utilizan en trabajos internos para colocar las prótesis. El equipo está formado por hasta cuatro cirujanos vasculares, cardiólogos, radiólogos y un equipo de anestesia y enfermería.
Con la intervención de hoy, que esperan no sea la última antes de final de año, se suma un éxito más al equipo de Santiago, que busca extender esta técnica a otros centros gallegos para seguir sumándose al sistema sanitario de todo el país. Por primera vez, España forma parte del selecto ranking europeo, de sólo siete hospitales, donde se realiza esta avanzada cirugía no invasiva que reduce a tres las posibilidades de muerte del paciente.