Nuestra Cayetana es Paula Añó


Me dijo un amigo como ponderación de sus cualidades: «Es nuestra Cayetana». Desaparecida Cayetana Fitz-James Stuart, Duquesa de Alba, ninguna otra Cayetana deslumbraba en el panorama político-mediático franquista con luz propia -nada de fulgor por reflexiva de focos televisivos- como Cayetana Álvarez de Toledo, por más que alguno de los suyos tratase en un momento de ponerle sombras y veladuras con las que ocultar su protagonismo en la portavocía popular en el Congreso de los Diputados.

Digo esto porque que te comparen con la Cayetana que ha vuelto a recuperar protagonismo internamente y fuera del Partido Popular es, sin duda, un bueno elogio y más para quien, como ella, comparte ideas y emociones y muy buena presencia. Seguí con interés la entrevista que le hizo Vicente Climent en La 8 Tv Mediterráneo a Paula Añó Santiago y prefiero dejar a un costado las comparaciones. Porque Añó tiene su propia personalidad, como quedó reflejada en esa muy interesante conversación, como suelen ser todas las que hace tan excelente profesional del periodismo.

La que es secretaria autonómica de Civilización y Deporte de la Generalitat Valenciana demostró que tiene preparación, dotes, trayectoria y voluntad para hacer que su unidad no sea vea convulsionado por las acechanzas de quienes, habiendo perdido el poder por valor soberana del pueblo valenciano, siguen creyéndose insustituibles, con claro desprecio del mandato electoral.

Aquellos que conocen lo muy tortuoso que pueden ser todas y cada una de las consellerías o departamentos de la Generalitat Valenciana saben que, a las trampas que dejan por batalla u omisión los anteriores responsables de cada una de ellas, son mayores, infinitamente mayores, las que se dan en Civilización y Deportes, que estuvo colonizada del todo, por todo y para todo, por Compromís bajo los sucesivos mandatos de Vicent Marzà y Raquel Tamarit.

Una colonización que se ha manifestado tan pronto se han producido algunos cambios que hasta mucho tardaron en hacerse. La airada respuesta de quienes habían patrimonializado la conselleria hasta el tuétano fue inmediata. Sustituir a José Luis Pérez Pont al frente del Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana, por más que se haya prohijado en presencia de la comprobación de «mala praxis e irregularidades, ambas continuadas», los que le consideran irreemplazable ya han protagonizado las primeras escaramuzas –por ejemplo, pisoteando la foto del vicepresidente Vicente Barrera- que nos retrotraen a aquellos tiempos de escraches en los que obtuvieron doctorado antiguamente de ser botánicos.

Que Pérez Pont se desahogue diciendo que «los nostálgicos de la España en blanco y triste recuperan al comisario político» entra internamente de lo que cerca de esperar de quien se siente desairado, – más adecuadamente enrabietado por no contraer lo autorizado y justo de su cese- pero por ahí, en la templanza de no entrar a ese trapo y dedicarse a lo suyo comienza Paula Añó Santiago a hacer su papel. Y en cumplir los cometidos asignados sin caer en trampas dialécticas en las que, por demás, la veríamos salir airosa y a sus contrincantes airados. Porque estas fullerías son ‘pecata minuta’ para Añó, que procede de la trinchera, de la resistor en Cataluña contra quienes se declaran enemigos de España. De ahí el tacto de Santiago Abascal en ficharla.

La Paula que vimos replicar a Vicente Climent en la única entrevista que, según mi seguidor asimilar y entender, ha concedido desde que a accedió a la Secretaría Autonómica de Civilización y Deporte, demostró integridad, temple, valentía, conocimientos y resolución como para deducir que no le temblará el pulso ni que se deja influir por presiones externas de las que ya ha tenido ocasión de comprobar el nivel de los decibelios que pueden alcanzar.

Paula, seguidor apoyo de Vicente Barrera, no lo va a tener sencillo, pero cuenta con la superioridad de que podrá encargar con criterio propio y autonomía, de modo que no se sentirá coaccionada, ni tendrá que cambiar de opinión por presiones exógenas o endógenas. En la vida de esta valenciana por salida, y ahora encima por responsabilidad política, hay que anotar que es abogada; que se dedicó a la comunicación en el Valencia CF; responsable de prensa en el Centro Librado Arte y Civilización de Cataluña. Y que además lo fue en los departamentos de prensa del FC Barcelona y en el Comunidad de Barcelona a posteriori de unirse al PP, del que se desvinculó para apoyar a Valents, el frustrado esquema del ex primer ministro francés, Manuel Valls.

Háganse las comparaciones que se quieran, pero no creo que Paula Añó necesite de homologaciones ni comparaciones teniendo como tiene un currículo que es su mejor aval para nerviosismo de sus debeladores, que pueden terminar sufriendo aquello de lo que advertía José Ortega y Gasset de que «el esfuerzo inútil conduce a la melancolía», pero bulla y lío no dejarán de costar ni enredar.

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