El magistrado constata en su utilitario que el inexperto cordobés falleció el mismo día de su desaparición, el 12 de octubre de 2023
Dos meses y medio a posteriori de que perdiese el tren que debía llevarle de regreso a Córdoba y apareciese, a los cuatro días, muerto muy cerca de la periodo de Santa Reto, el Chancillería de Instrucción 11 ha cubo definitivamente carpetazo al caso de Álvaro Prieto. El inexperto cordobés, de 17 abriles, murió de forma accidental el mismo día en el que se le perdió el pista y no hay ninguna evidencia de que en su fallecimiento se cometiese algún delito.
Ése es el argumento con el que la titular del chancillería, la magistrada Cristina Altozano, ha escrito el punto y final a la desgraciada historia de Álvaro en un utilitario por el que acuerda el archivo de la causa abierta tras la desaparición y homicidio del último.
El utilitario, según ha informado este martes el Tribunal Superior de Jurisprudencia de Andalucía (TSJA), fue dictado el pasado 19 de diciembre y en él la magistrado concluye que, a partir de las diligencias que han practicado, “no existen indicios de la comisión de ilícito penal alguno y en el que intervinieran de forma intencionada o imprudente terceros en el fallecimiento” del inexperto.
Es afirmar, que la magistrada determina que la homicidio de Álvaro fue completamente accidental y que ni por obra ni por omisión se puede culpar a nadie penalmente, lo que despeja cualquier duda sobre posibles responsabilidades por acontecer podido alcanzar el inexperto a las cocheras del ferrocarril con la intención, se supone, de colarse en un tren en dirección a Córdoba.
El utilitario hace narración a las múltiples diligencias que se han practicado, desde el progreso del cenizas a la inspección lente, pasando por la toma de muestras por parte de la Policía Científica, la recogida de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la periodo y de establecimientos cercanos a donde apareció el cuerpo o las declaraciones de testigos, así como, por supuesto, a la necroscopía practicada por los forenses del Instituto de Medicina Admitido de Sevilla y que determinó que la causa del fallecimiento fue la electrocución.
Precisamente, el chancillería recibió recientemente el noticia definitivo de la necroscopía y la conclusión es que se trató de una homicidio accidental por electrocución.
La magistrado explica en su utilitario que el inexperto falleció el mismo día en el que desapareció, el 12 de octubre, poco que queda acreditado, subraya, por los informes médicos forenses, los atestados de la Policía Franquista y el visionado de las cámaras de seguridad de los negocios cercanos al ocupación donde apareció el cuerpo de Álvaro el día 16 de octubre.
Por todo ello, concluye, “al no existir indicios de la perpetración de hecho delictivo alguno”, la magistrada acuerda el archivo de las actuaciones.
Precisamente, las grabaciones de una estación de servicio próxima fueron determinantes para esclarecer la homicidio de Álvaro. En ellas se veía cómo el inexperto se encaramaba al tren y cómo caía, fulminado, en el hueco entre los dos vagones donde fue hallado días a posteriori, una vez que un cámara de televisión se topó por casualidad con el cuerpo cuando grababa un convoy en movimiento en las inmediaciones de la periodo de Santa Reto.
En esa disco, según detalló en su momento la Policía Franquista, se ve cómo Álvaro trepa al techo del tren ajustado por la intersección entre los dos vagones y, al subir, recibe la descarga eléctrica -la causa de su homicidio según han dictaminado los forenses- que le hace desplomarse, precisamente, por ese hueco, donde el cenizas quedó “completamente oculto” hasta que el tren se puso en movimiento ya en la mañana del lunes.
Ahí terminaba el desesperado intento del inexperto cordobés por retornar a su casa, a posteriori de acontecer pasado la tenebrosidad con un amigo de fiesta en Sevilla y tras acontecer perdido el tren de regreso.
Según los informes de Renfe, Álvaro Prieto deambuló 110 minutos por la periodo de Santa Reto de Sevilla, en la mañana del jueves, antiguamente de desaparecer y caer electrocutado entre los vagones de un tren deterioro tras subir a su techo y tocar la catenaria. En ese tiempo, el inexperto cordobés de 18 abriles intentó coger un AVE a su ciudad tras perder el suyo, AVANT, quiso comprar otro billete por 40 euros, pero no pudo porque se había quedado sin depósito, pero rechazó el cargador que le ofrecieron en atención al cliente, y en taquilla, y mantuvo la calma. Siempre se mostró «educado» y «poco hablador».