Un ganadero denuncia a una tiktoker por el robo de un mastín en Cantabria


La Gendarme Civil de Cantabria investiga el supuesto robo de un perro a un granjero del pueblo de Asón, perteneciente al municipio de Arredondo por parte de una ‘tiktoker’ -creador de contenido en la red social Tiktok- de la región. La chica pensó que el animal, un hijuelo de raza mastín, estaba desaseado y, tras comprobar que no tenía microchip, lo dio en apadrinamiento a una tribu.

Así lo han confirmado a Europa Press tanto el dueño del animal como fuentes de la Guardia Civil, que recibieron a finales del pasado mes la denuncia por la presunta sustracción, a partir de la cual han manufacturado el correspondiente atestado para su remisión al auditoría que tendrá que esclarecer estos hechos.

El granjero denunciante ha explicado que, a mediados de diciembre, se percató de la desaparición de su perro, de seis meses y nombre ‘Chulo’. Lo tenía en el monte, en la zona de los Collados del Asón -donde nace el río del mismo nombre- pegado a otros tres mastines que se encargan de cuidar a sus cabras.

En concreto, vio por última vez al hijuelo el día 12 y lo echó en desliz en torno al 14, aunque al principio no le dio mucha importancia, pues les deja comida para varias jornadas. Ha precisado que por esas fechas hacía mal tiempo y ha aguzado al respecto que cuando llueve las cabras bajan de los prados altos a zonas más bajas, próximas a la carretera.

La novicio denunciada recogió al animal creyendo que estaba desaseado. De hecho, grabó cómo se lo llevaba a su casa, publicando en su cuenta en TikTok el vídeo, que vio el dueño el 20 de diciembre.

Así, contactó con ella a través de otras redes sociales para informarle de que el perro era suyo y pedirle que se lo devolviera, a lo que ella se negó alegando que lo había llevado al veterinario y, como no tenía chip, había buscado una tribu y lo había legado en apadrinamiento.

A ese respecto, el granjero ha admitido que ‘Chulo’ carecía del microchip porque lo tenía en el monte, donde estaba cuidando de sus cabras, y allí no hay paso para que vaya un veterinario a colocárselo.

Así, la idea era ponérselo cuando bajase los rebaños a las cuadras, y por eso asume que deberá remunerar una correctivo o multa por sobrevenir incumplido la legislatura, que según ha señalado establece que el identificador debe colocarse a los tres meses de momento del animal.

Entre tanto, y a la paciencia de que se esclarezca lo ocurrido, el denunciante no sabe dónde está su mastín, aunque cree que la tribu que lo ha acogido tiene que estar «de sobra enterada» de lo que ha pasado, por lo que aprovecha para hacer un convocatoria y que se lo devuelvan.

Al hilo, destaca que la ‘tiktoker’ se lo llevó de un punto que está a un kilómetro de distancia del pueblo donde vive, de modo que a cualquier vecino que hubiera preguntado la chica, le habría dicho que el mastín tenía dueño. Y reflexiona además que podría sobrevenir avisado al Seprona, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Gendarme Civil, en vez de llevárselo.

Puede demostrar que el animal es suyo

En cualquier caso, asegura que puede demostrar que el can es suyo: por las fotos que posee de él y, además, genéticamente, ya que es dueño adicionalmente tanto del padre como la religiosa de ‘Chulo’.

«Tenía que estar en el monte, con las cabras», expresa en conversación telefónica con esta agencia, a la que señala que quizá cuando lo recupere ya no le sirva para cuidar el hato, pues «igual se ha vuelto demasiado sociable».Explica así que a estos mastines, de cachorros, no se les debe acariciar ni siquiera dar comida para evitar que se vayan con la concurrencia en vez de quedarse con el piara. «Hay que tenerlos como una chiva más», sentencia.

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