Según adelantó ‘Diario de Jaén’, los hechos sucedieron el pasado 3 de enero cuando la mujer aprovechó que un repartidor de correos se encontraba trabajando en el arrabal y ella decidió exhalar un mensaje por la ventana como método para pedir auxilio.
En la nota enviada se podía analizar que avisaran a los padres de ella para que acudieran rescatarlas, adicionalmente de un mensaje determinante para la mujer y la hija pequeña: “Por valimiento, no llame a la Policía que me mata”.
Encima, en la nota estaba escrito el número de teléfono de los padres de la muchacha que el funcionario de Correos se pudo acomodar para que activaran la alerta. Cuando los padres de la muchacha fueron alertados, hablaron con el Cuerpo de Policía Franquista, quienes se presentaron en el edificio poco a posteriori de tomar la alerta.
Según fuentes policiales, la mujer hizo señales desde la ventana para que estos no accedieran a la vivienda, pero a pesar de todos sus esfuerzos por impedirlo, los agentes forzaron la puerta y entraron a la casa para rescatar a la pupila y a su mamá.
Mientras tanto, el hombre logró huir de la vivienda saliendo por el tejado de la colonia en la que se encontraban. La Policía tuvo que solicitar la ayuda a los Bomberos para proceder a la detención del hombre.
Los Bomberos procedieron a rastrear el tejado del edificio pero no lograron encontrar al hombre que se había fugado tras retener a las dos. Por ahora, se desconoce la relación que el hombre tiene con esta mujer.
De todas formas, la Policía realizó un rastreo de la vivienda ayer de abandonarla y en su interior encontró una plantación de hierba del que el equipo de estupefacientes ya se ha hecho cargo.
La investigación continúa abierta y todavía no se han regalado a conocer nuevos datos sobre ella para no perjudicar al caso.
Casos similares
Este mes de diciembre, la Policía del Estado de Sao Paulo informó durante una rueda de prensa pegado al exjugador brasileño Marcelinho Carioca de que cinco personas fueron detenidas acusadas de perjuicio mediante secuestro y que Carioca transfirió cerca de de 40.000 reales (unos 7.500 euros) a las cuentas de los secuestradores.
El exfutbolista relató que tres individuos lo abordaron aquel sábado en la albor en la zona este de la ciudad de Sao Paulo, a posteriori de acercarse en coche a la casa de una amiga para entregarle unas entradas para un concierto. “Me dieron un culetazo en la inicio y cuando entré al coche me pusieron una capucha y ya no vi nulo”, afirmó.
Los secuestradores se lo llevaron a él y a la amiga a una casa donde le amenazaron con un armas, le pidieron la contraseña del móvil y le forzaron a transferir fortuna.