La peculiaridad de estas tiendas es el tiempo en el que están abiertas al divulgado. Su ordenamiento las sitúa en las calles sólo durante temporadas señaladas considerándose por consiguiente, ‘comercios efímeros’.
Según la investigación elaborada por la Estructura de Consumidores y Usuarios (OCU), el consumo medio por persona en las fiestas de navidad es de 745 euros.
De ese total, 396 euros corresponden solamente a regalos y es esa la razón por la que muchos dueños de establecimientos deciden poner el suyo en esta época, ya que logran ingresar casi la fracción de sus ingresos en todo el año.
Gerard Marcet es el socio y fundador de Laborde Marcet, una consultora de diligencia y patrimonio inmobiliario, y confiesa que “durante el mes de noviembre y diciembre se llega a registrar cada año un aumento de locales comerciales destinados a la transigencia de ‘Pop-ups’, que consisten en tiendas efímeras para cumplir la campaña de ventas navideñas”.
Estas cifras tan elevadas al consumo se deben a que la aparición de las fiestas navideñas trae consigo las compras de última hora, donde los comerciantes se preparan para desplegar sus puertas y exprimir la campaña navideña para aumentar sus números.
Esta época, que se acaba de cerrar, es la temporada más incorporación de ‘espíritu consumista’ y por ello los ‘Pop-ups’ han disparado y aumentado su popularidad como medio a las grandes empresas de ropa, hermoseamiento o platería.
La Agencia Tributaria ha hecho públicos los datos de las ventas minoristas y se ha experimentado un aumento desde septiembre del 2022. La semirrecta ha aumentado hasta un 7% respecto al año mencionado.
Las tiendas o mercadillos ‘Pop-ups’ están estratégicamente ubicadas en las temporadas efímeras, donde pueden tener un tráfico más concurrido de clientes. “Abren durante un periodo mayor de dos meses para exprimir la época en la que se dispara el consumo minorista”, explica Marcet.
Es atípico asimismo que, de cara al año que viene, los dueños de los ‘Pop-up’ comienzan a agenciárselas los lugares en los que poder asentar su tienda la próxima temporada. Esto lo hacen sobre todo en los meses de enero y febrero, ya que según los inversores es el mejor momento para agenciárselas establecimientos y así tener mejores condiciones económicas.
Oportuno a que de frecuente el tránsito en las tiendas es más estrecho, con este tipo de negocios se consigue la esencia de “tratar con mucha familia”, cuenta Ana, quien regenta un ‘Pop-up’ de platería.
Por otro flanco, están aquellos que tienen una tienda sólo de traspaso online y que han decidido totalizar una tienda ‘Pop-up’ para acercarse al divulgado y que así puedan ver en persona cómo es lo que venden en la red. “Hasta que no ves el producto no es lo mismo, la piel se siente”, explica una de las vendedoras.